Para comenzar, es necesario aludir a los principios elementales de la libertad individual, el amor libre, la sexualidad y los vínculos afectuosos interpersonales deben practicarse sin la intervención ni regularización de las leyes ni del Estado, debemos considerar que todos somos libres de practicar la actividad enérgica sexual en una relación, podemos disfrutarlo a través de cualquier sistema que nos ayude a impulsar y fortalecer nuestras experiencias. Incluso podemos tantear con practicas como el Ching o el Kundalini, para conseguir nuestros objetivos y potenciar nuestra productividad sin renunciar al placer, además la mujer puede utilizar su cuerpo de cualquier manera que desee tanto como el hombre, las parejas no casadas pueden convivir sin que la relación sea entorpecida por instituciones o alguna legislación, y las leyes que regulan el adulterio, el divorcio, la edad de consentimiento sexual, el control de la natalidad, la homosexualidad, el aborto, y la prostitución, deberían debatirse, incluso abolir todas las jurisdicciones que desconozcan la violación conyugal y no conyugal. También somos libres de defender el derecho de discutir públicamente la sexualidad sin ser señalados por obscenidad.
Desde este orden de ideas, la sexualidad infantil debe ser normalizada sin ser motivo de escándalo moral. A diferencia de la sexualidad adulta, esta no se localiza forzosamente en los genitales, es auto-erótica; y sus características, según el psicoanálisis, aparecieron en la obra de Sigmund Freud: “Tres Contribuciones A Una Teoría Sexual”. Según Freud, la sexualidad infantil se compone de varias etapas: Desde el nacimiento hasta el año de vida. El objetivo del erotismo es la estimulación auto-erótica de la zona erógena y luego la incorporación de objetos. Esta es la primera etapa. En ésta el placer se centra en la boca, por lo que es importante que el bebé experimente. Cuando está en la etapa oral conoce el mundo a través de la boca, así es que puede conocer su entorno. La relación con la madre también es muy importante, pues hay una relación entre comer y ser comido. Desde el año a los tres años. Al principio el placer se obtiene mediante la excreción, más tarde aprende que se puede aumentar este reteniendo la masa fecal. Esta etapa se presenta entre el segundo y tercer año y es cuando toda la atención se centra en el control de los esfínteres. Así el niño encuentra placer al momento en el que defeca. Esta es la segunda etapa. De acuerdo con Freud, esta etapa es importante por la simbolización; en la edad adulta se verán algunos aspectos relacionados con el orden, avaricia o testarudez, dependiendo de cómo se haya pasado la etapa anal. La fase Uretral. Se halla íntimamente enlazado con el erotismo genital infantil. El fin principal de este erotismo es el placer de orinar. Esta etapa ocurre al momento en el que el cuerpo experimenta cambios físicos, por lo que los genitales son el interés central de los individuos. Esta es la tercera etapa. En años más recientes se ha visto la importancia de mantener una discusión abierta con los jóvenes sobre los cambios en el cuerpo y de la sexualidad, para que puedan aclarar dudas y así no tengan traumas en la vida adulta. Entre los tres y los cinco años. El interés por los genitales y por la masturbación genital alcanza el punto máximo. En esta fase se desarrolla el complejo de Edipo. Durante esta etapa el placer se centra en los genitales. No sólo lo notan a través de la vestimenta, sino también entre los genitales. Es cuando surgen preguntas sobre por qué los niños tienen pene y las niñas no. Esta es la cuarta etapa. Esta etapa se denomina fálica porque Freud hablaba de la relevancia del falo. Para él lo más relevante era el falo y no la vagina. La última fase se prolonga desde los cinco o seis años hasta la pubertad. En ella se produce el olvido del complejo de Edipo. Este periodo se encuentra entre la niñez y la adolescencia. Es una etapa relativa en la que se detiene la investigación sexual infantil. Se vive un periodo en el que, debido a la represión ya existente, se vive una especie de amnesia infantil. Esta es la quinta etapa. La sexualidad volverá a aparecer en la pubertad.
Habiendo tanteado las etapas registradas en la obra “Tres Contribuciones A Una Teoría Sexual”, de Sigmund Freud, es de suma importancia destacar que reprimir algunos de estos procesos en nuestra infancia puede generar traumas a futuro, el deseo de experimentar con la vida sexual es algo innato de los seres vivos desde que llegan al mundo, lo normal seria disfrutarlo sin tener limitante alguna de alguna legislación, institución religiosa o movimiento conservador, es una curiosidad que no debe ser reprimida. La sexualidad es un aspecto congénito en cada uno de nosotros, que a lo largo de la historia ha recibido un trato variable en función de la época y de las corrientes de pensamiento imperantes. Asimismo, debido a la naturaleza humana que nos personifica, somos entes sexuales desde los primeros días de vida, y desde que existe el mundo nos han querido programar un microchip para obligarnos a pensar y a decir lo que al sistema les conviene, hasta nos intentan alejar de nuestras ambiciones personales y apetitos mas íntimos. Por consiguiente, una variedad de prácticas sexuales han sido prohibidas y censuradas, e incluso el deseo y los placeres propios de la feminidad han sido minusvalorados y olvidados durante muchos siglos. Esta podría ser considerada la verdadera marca de la bestia.
En la actualidad vivimos en una etapa en que, al menos en una parte del mundo, existe un elevado nivel de libertad sexual, engendrando y reproduciendo los diferentes modos para disfrutar de nuestra sensualidad y sexualidad. Sin embargo nos falta mucho por aprender, para elevarnos al siguiente nivel debemos superar los pseudo-feminismos, y extirpar de nuestra sociedad la concepción totalitaria de los movimientos religiosos, retrogradas y conservadores. Tenemos la obligatoriedad de superar el temor irracional hacia todo aquello que tiene que ver con el sexo y la sexualidad, dominemos el trastorno complejo que pudiésemos sentir al hablar de sexo, tratemos de experimentar las fantasías de nuestra voracidad sexual sin sentir miedo ni culpa. No esta mal experimentar el erotismo contigo mismo y con los demás sin detenerse ante las filias, porque si analizas la situación, hasta Dios tuvo su hijo, embarazando a una mujer casada que aun era virgen.
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