Creo en la fatalidad de la mente humana, en lo retorcido que puede llegar a ser, capaz de crearse amigos imaginarios con cierta divinidad fingida, maquillado con diversas fabulas y mitologías, y que aniquilará a millones de personas tras lograr retorcer la mente frágil de los creyentes mas enajenados. Creo en el discernimiento y la sensatez defendida por Albert Einstein: "La palabra Dios no es más que la expresión y el producto de las debilidades humanas, la Biblia una colección de leyendas dignas pero primitivas... y todas las religiones, son una encarnación de las supersticiones más infantiles".
Creo que la vida es un cumulo de grandes placeres y de satisfacción de pasiones, el hecho de abstenerse es morir, sacarle provecho a la vida autocomplaciente debería ser la única prioridad. Creo en un solo Dios Padre Todopoderoso, en aquel que solo yo puedo llegar a ser mediante mi propia evolución; logro conseguir cualquier cosa a través de mis propios actos, solo basta con tomar el control de la situación en lugar de rezarle a la nada para que suceda. Creo en las teorías de personas como Anton Szandor LaVey que me ayudaron a comprender mas la vida, no existe un Cielo donde la gloria eterna resplandezca ni un Infierno donde los pecadores ardan por siempre, es únicamente aquí en la Tierra donde conocemos nuestros tormentos, goces y oportunidades. Elige este día, justo este momento, pues no existe Salvador alguno ni mesías, y la única plegaria existente en tu corazón debería ser: "yo soy mi propio redentor".
No existe nadie en la tierra o en otros planos al que le debas la vida, y si debes algo, por mas grandioso que sea, jamas será lo suficiente como para que te sientas en la obligación de rendir culto o sumisión, incluso debes considerar la posibilidad de que le desagradas a "Dios", el nunca quiso tenerte, eres uno de sus miles de hijos bastardos. Probablemente "Dios" no existe. Deja de preocuparte, ignóralo, deja pasar todo tema religioso, disfruta libremente de la vida y del carpe díem.
Creo en la importancia de los individuos. La minoría más pequeña de la tierra es el individuo, aquellos que niegan la garantía inviolable de los derechos individuales no pueden pretender ser defensores de las minorías. Por consiguiente, debes sopesar la hipótesis de no arrodillarte ante nadie ni paralizarte de miedo, apartarte de todos los convencionalismos que te alejen del éxito y la felicidad. Jamas permitas que la mano muerta esterilice el pensamiento
vivo que habita en tu corazón, ningún credo debe ser aceptado como imposición
de la autoridad de una naturaleza divina, y un funcionario del gobierno no puede hacer nada excepto lo que está legalmente permitido. Nadie tiene el derecho de imponer a otro una obligación no escogida, un deber no recompensado o un servicio involuntario.
Creo textualmente en el estatuto de no fastidiar a nadie, menos preocuparse por algo que no tenga que ver personalmente contigo. Por encima de todo, si alguien te molesta, exígele que se detenga. Si no lo hace, tienes todo el derecho de destruirlo, de tratarlo cruelmente y sin piedad. Recuerda que ofrecer la otra mejilla es de gente cobarde, devuelve siempre golpe por golpe, desprecio por
desprecio, ruina por ruina, y hazlo con
interés del ciento por ciento. Conviértete en el temor de
tu adversario, y cuando él se aleje, lo hará·con
mucha más sabiduría que rumiar.
¿Te sientes miserablemente indefenso y deseas rebelarte? Rebélate contra las ideas de tus maestros. Las ideas son los esclavistas más poderosos, nos atan y nos vuelven sumisos. Aprender a luchar contra ideas erróneas es esencial para vivir en libertad, y la verdad no es para todas las personas, sino solo para aquellas que la buscan.
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