En algún punto de la historia hubo una hermosa y curiosa ángel que bajaba del cielo para ver a los humanos, le gustaba mirarlos, ya que ella se divertía viendo como los humanos bailaban y celebraban fiestas, en el paraíso eso estaba rotundamente prohibido, el nombre de aquella ángel era Anaciel.
Anaciel tenía muchas ganas de ir a una de esas fiestas, pero no podía ocultar sus alas por lo que simplemente miraba desde el bosque, y cuando la música sonaba ella bailaba en soledad.
En una ocasión, la ángel fue avistada por un demonio que vagaba en la tierra buscando diversión, pero este demonio no era cualquier demonio, sino un príncipe de las tinieblas llamado Noré.
El demonio comenzó a mirarla y se entretenía viéndola bailar, el demonio tenía la habilidad de convertirse en cualquier cosa que deseara, así que todas las noches cambiaba de forma y se camuflaba como un animal para poder mirar a la ángel bailar, hasta que una noche decidió presentarse ante ella y preguntarle qué era lo que buscaba en la tierra, si sabía que los ángeles tienen prohibido el contacto con los seres de la tierra.
Muy asustada y desconfiada, contó al demonio que le gustaba mirar las fiestas, pero como no podía participar en ellas las observaba de lejos, el diablo le dijo que él la ayudaría para que fuera a una fiesta, y que a cambio, quería que ella bailara con él, aunque estaba desconfiada, sus ganas de querer participar en una fiesta fueron mayores y aceptó el trato del demonio, este, con su poder, ocultó las alas del ángel y la llevo tomada del brazo a una taberna donde todas las noches había fiesta, en el lugar bailaron y comieron como nunca, se divirtieron tanto que el demonio y la ángel quedaron de verse al día siguiente para continuar con la fiesta, así pasaron varios días, se divertían y bailaban, la ángel comenzó a sentir algo diferente por el demonio, y este, aún siendo un príncipe de las tinieblas, comenzó a enamorarse perdidamente.
Después de varias noches divirtiéndose, el diablo le robó un beso al ángel, ella no pudo evitar entregarle un gran beso de amor al demonio, pero sabiendo que iba en contra de todas sus normas, abrió un portal hacia el paraíso y se fue muy rápidamente, mientras el demonio le decía que cada noche él la esperaría.
Todo el día siguiente la ángel estuvo pensando en los sentimientos encontrados que tenía con aquel demonio, sabía que si decía no sentir nada por él, se estaba engañando a sí misma, y cada vez que recordaba aquel beso sus latidos comenzaban a acelerarse, así que recordando lo que el demonio le había dicho mientras partía, decidió regresar esa misma noche.
Cuando Anaciel llegó, el demonio ya estaba esperándola, con gran gusto sonrió y dio: "Viniste, sabría que vendrías", y Anaciel respondió: "Y tú viniste a esperarme, no perdamos más tiempo", y Naré ocultó de nuevo las alas de Anaciel y juntos pasaron una gran noche, se besaron, rieron e incluso bebieron juntos, cuando llegó el momento de despedirse, Anaciel le dijo al demonio que si esa noche no le daría nada a cambio y levantó sus labios mientras cerraba sus ojos, el corazón de Noré se estremeció y terminó de enamorarse de la bella ángel, la tomó entre sus brazos y la besó apasionadamente.
El demonio amaba con locura a Anaciel, la historia de amor prohibido echaba raíces en la tierra de los humanos, Anaciel entendió que siempre había estado equivocada al juzgar a los demonios, pues Noré, la trataba como nunca imaginó ser tratada, ángel y demonio se completaban, ella amaba su rebeldía y el su alegría, era tanto el amor que se tenían que Anaciel no fue al paraíso una noche y se quedó hospedada en un pequeño hotel con el demonio, cuando Anaciel tuvo que irse, Noré le dijo que la esperaría donde siempre la noche siguiente, pero a la siguiente noche, Anaciel no llegó, pasaron varios días y el demonio la esperaba todas las noches en aquel bosque, hasta que un día, Anaciel apareció y le contó que sus superiores se habían enterado de que tenía un amorío, ellos pensaban que se trataba de un hombre y por eso solamente la castigaron encerrándola unos días para que reflexionara, le dijo que tenía que regresar, pero que la noche siguiente la esperara, que volvería.
A la noche siguiente apareció Anaciel y detrás de ella un ángel siguiéndola, éste le decía que sino regresaba perdería sus alas y quedaría condenada al destierro, Noré molesto intentó lanzarse contra el ángel, pero Anaciel lo detuvo y tranquilizó, diciéndole que podría provocar una guerra, el ángel que perseguía a Anaciel miró sorprendido al demonio y le dijo a Anaciel que estar enamorada de un humano era una cosa, pero estar enamorada de un demonio no tenía perdón, el ángel abrió un portal y se fue al paraíso, Noré y Anaciel se quedaron juntos durante unos días, vivían como una pareja feliz y normal en el pueblo, hasta un día, una paloma llevó un mensaje a Anaciel, el mensaje decía que debido a lo que había hecho, toda su familia sería exhiliada del paraíso, pero que si regresaba dejarían las cosas en el pasado.
Anaciel sabiendo que no podía permitir que exhiliaran a su familia, decidió regresar, envió una carta diciendo que volvería, y Noré sabiendo que tenía que dejarla volver, le dijo que el siempre estaría por si decidía volver, esa noche, el ángel apareció nuevamente y le dijo a Anaciel que era momento de irse, ella lo abrazó fuertemente y le dio un gran beso, diciéndole que siempre lo amaría, el demonio sabiendo que no podía permitir que se fuera así, decidió hacer un último truco, la abrazó fuertemente y le dio un beso en la frente, al momento, Anaciel cayó desmayada y el ángel empuñó su espada preguntando qué era lo que le había hecho, el demonio le dijo que despertaría en unas horas, que había borrado todo recuerdo que Anaciel tenía en la tierra, así que no lo recordaría y por ende no sufriría.
El ángel atónito preguntó si realmente él la amaba, a lo que Noré respondió: "Esa criatura que cargas ahí, es quien se lleva mi corazón, algún día cambiaré las reglas del juego y será mía para siempre, pero hasta entonces es lo mejor que puedo hacer por ella, todo es por su bien" y después desapareció entre la oscuridad, el ángel se llevó a Anaciel, y tal como lo dijo el demonio despertó unas horas después sin recordar nada de lo que había pasado, nadie le dijo nada y los demás ángeles hicieron como si nada hubiese pasado.
Con el tiempo, Anaciel volvió a tomar la costumbre de ir a espiar a los humanos, ella iba acompañada siempre de aquel ángel que la llevó al paraíso, Anaciel bailaba entre los árboles sola, mientras el ángel guardián estaba ahí, aunque no siempre estaba sola, pues en ocasiones aparecía un pajarito azul que se posaba en sus manos, el ángel sabía quien era, pero le permitía estar en los brazos de Anaciel sabiendo que no buscaba dañarla, aquel príncipe de las tinieblas aprendió a amar sin egoísmo, pero desde la distancia, en ocasiones amar significa dejar en libertar, la libertad en ocasiones implica tener que olvidar.
A continuación, compartimos con ustedes un material audiovisual perteneciente a El DoQmentalista, en el presente trabajo se relata, con la voz envolvente del narrador, la leyenda de un "Príncipe de las Tinieblas" que se enamoró de un ángel:
Fuente: Tuul
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