Comunismo/Socialismo: La embajada de lo absurdo - Nekromorty

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domingo, 20 de septiembre de 2020

Comunismo/Socialismo: La embajada de lo absurdo


Antes de comenzar, es oportuno exponer lo siguiente, a pesar de que pudiese existir alguna variante conceptual entre ellas, la esencia fundamental que las caracteriza es la misma en todas sus presentaciones, y me refiero a las diversas formas que las teorías políticas de izquierda eligen para manipular a las masas, conocidas como progresismo, socialismo, marxismo, comunismo, neo-marxismo, socialismo democrático (social-democracia), socialismo cristiano (social-cristianismo), nacionalsocialismo, fascismo, entre otras; y todas provienen del mismo vientre maligno de envidia, fracaso y miseria. Aclarado el asunto, aprovecharé la ocasión para complementar con algunos conceptos de Friedrich Nietzsche sobre el tema, quien describió el socialismo como «un asunto desesperado y agrio», incluso al extremo de catalogarla como «la doctrina y el sistema político más destructivo de la historia de la humanidad», y además aseguró que en las sociedades socialistas, «la vida se niega a sí misma».

El socialismo tiene una característica bastante peculiar, y es que acostumbra a criticar todo aquello que regularmente practica. Por ejemplo, una de las críticas recurrentes es la vulneración de los derechos humanos fundamentales, como el derecho a la vida, a la alimentación y a expresar como individuos libres los ideales políticos y sexuales, cosas que han desaparecido en los países donde comenzó a implementarse dichas tiranías ideológicas, y así lo demuestra la historia. Como en Cuba, donde fusilaban al ciudadano por pensar diferente, por ser negro u homosexual, y en el mejor de los casos solo te esclavizaban en campos de concentración, incluso el Che Guevara llegó a confirmarlo en la Asamblea General de las Naciones Unidas de 1964, con aquella frase despreciable que se inmortalizó en vídeo: «Nosotros tenemos que decir aquí lo que es una verdad conocida, que la hemos expresado siempre ante el mundo: fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando». ¿Cuál era el motor ideológico de este terrorista argentino? Lo que movía a este asesino sanguinario era el odio puro y duro, como él mismo escribió en 1967: «El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal. Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos: atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite. Entonces su moral irá decayendo. Se hará más bestial todavía, pero se notarán los signos del decaimiento que asoma». Incluso, en una carta que este personaje (refiriéndose a una ejecución que realizó con su propia mano) le escribió a su padre lo siguiente: «Tengo que confesarte, papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar».

Asimismo, cuando cruzamos el océano nos conseguimos a los criminales bolcheviques, quienes también obligaron a millones de ciudadanos a vivir en sociedades opresivas sin libertad alguna. Entre las atrocidades mas brutales destaca la hambruna obligatoria en Ucrania, mejor conocido como Holodomor, en la que se calcula que fueron asesinados, entre los años 1932 y 1933, mas o menos 10 millones de personas; una de las tantas campañas de represión política de Stalin; en la que también se incluye la ejecución de 100.000 prisioneros de guerra polacos, y demás bestialidades. Además, en la República Popular China, Mao Zedong también adoptó la colectivización soviética generando las mismas consecuencias, una terrible hambruna y muertes generalizadas, y con el Gran Salto Adelante de Mao hubo 17 millones de de muertes, y asquerosidades como esta durante la Revolución Cultural no terminaron hasta que el dictador chino falleció en 1976. Pol Pot, asimiló las mismas teorías genocidas en Camboya, que terminó asesinado a casi un cuarto de la población. Asimismo, en Corea del Norte se aplicó la doctrina de autosuficiencia basada en la falacia utópica del socialismo, causando una gran hambruna que mató a 3,5 millones de personas. No es de extrañarse que los regímenes socialistas/comunistas sean tan criminales como el nazismo, ambos regímenes no solo comparten los mismos genes del germen maligno, además también cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones, causaron una considerable pérdida de millones de vidas humanas y de libertades a una escala nunca vista en la historia de la humanidad.

En este mismo orden de ideas, el periodista polaco Ryszard Kapuscinski también comparó las atrocidades de Stalin y Hitler, en la que cabe destacar que ambos regímenes fueron aliados diplomáticos durante un buen tiempo. Kapuscinski destacó en su libro «El Imperio» (Anagrama) que «si podemos establecer la comparación, el poder destructor de Stalin fue mucho mayor. La destrucción realizada por Hitler no duró más de seis años, mientras que Stalin empezó su terror en los años veinte y llegó hasta 1953. Su poder se mantuvo 30 años y la maquinaria de terror se prolongó mucho más. No es que Hitler fuese mejor, pero no tuvo tanto tiempo».

Latinoamérica no escapa de la tragedia socialista, hay mucho que contar del hemisferio occidental, es bastante obvio que también existieron grandes dictadores de derecha, pero si nos tomamos la molestia de investigar las cifras de atrocidades nos podemos escandalizar. A diferencia de los manipuladores de izquierda, haremos una comparación sencilla (sin manipular la historia) entre las víctimas que sufrieron las atrocidades de los regímenes militares derechistas de América Latina: Chile registró 3.000 víctimas, Argentina 8.000 víctimas, Dominicana 50.000 víctimas y Cuba 20.000 víctimas, es decir, Pinochet, Videla, Trujillo y Batista, dando como resultado que las víctimas bajo estas dictaduras suman un total 81.000. Por otro lado, la guerrilla marxista Sendero Luminoso en Perú ha asesinado 70.000 personas en nombre del socialismo, solo en Perú el socialismo casi iguala la cifra de cuatro dictaduras militares de derecha. Para ser justo, ahora sumemos los 100.000 asesinados bajo la dictadura de Fidel Castro, más las 200.000 de la guerrilla marxista FARC en Colombia, junto a los de Sendero Luminoso, nos da un total de 370.000 asesinados en nombre del socialismo latinoamericano, claro está que las dictaduras de Chávez y Maduro también tienen sus historias bastantes turbias. Y si a eso le sumamos los más de 120 millones de asesinados por los Imperios Comunistas, estaríamos frente al mayor genocidio de toda la Historia de la Humanidad. Ni la colonización, ni la independencia o emancipación, ni las guerras civiles, ni ningún otro conflicto bélico ha dejado en Latinoamérica tantos muertos como el socialismo.

Han trascurrido mas de 100 años desde que inició la predica filosófica de la envidia, el fracaso y la miseria, esta malévola utopía irrealizable ha ocasionado continuas decepciones, genocidios, hambrunas, millones de muertes, familias separadas, persecuciones y desastres económicos a nivel global. Ha llegado el momento de empezar una cruzada educativa para despertar la conciencia de los ciudadanos de bien, hasta que el mundo entero desestime y excluya esta idea obsoleta, absurda y miserable, que solo nos ha dejado grandes desgracias irreparables. Y que no solo llegue hasta ahí, sino que todos los culpables de ocasionar estos desastres en nombre del socialismo/comunismo sean llevados hasta los tribunales, y paguen por cada uno de sus crímenes. Es hora de que el mundo regrese al camino de la justicia, la producción, la paz, el desarrollo y la vida, y es tarea de los amantes de la democracia real estar alerta para defenderla.

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