Barbora Skrlová es una mujer de 33 años que tiene una rara enfermedad glandular que le da la apariencia de una niña inocente, pero muy alejado de eso les lavo el cerebro a Klara Mauerová y a su hermana Katerina para que juntas devoraran a los hijos de Klara.
En 2009 una película de terror arrasó entre los amantes del género y aunque presentaba una trama conocida, su sorpresivo final compensó lo anterior.
Producida por Leonardo DiCaprio y protagonizada por Vera Farmiga (la misma actriz de El conjuro), La Huérfana contaba la historia de un matrimonio que decide adoptar a una niña de ocho años llamada Esther.
Tras varios macabros episodios, se descubre que Esther no era una menor de edad sino que una mujer de 33 años con trastornos mentales y una enfermedad llamada hipopituitarismo que la hacía lucir como una niña pequeña.
La cinta tuvo una gran repercusión, pero lo que pocos sabían es que el filme fue inspirado en una historia real ocurrida en República Checa en 2007. Su protagonizada: una mujer llamada Barbora Skrlová.
El misterio de Barbora:
Skrlová nació en República Checa y al igual que Esther sufría se hipopituitarismo, lo que le permitía verse como una niña de 13 años. De sus padres e infancia no se sabe nada, excepto que fue encerrada en un centro psiquiátrico siendo una adolescente, pues mostraba claros rasgos de psicopáticos.
Barbora se dio cuenta de la enfermedad que la afectaba siendo muy joven y no dudó en usarla a su favor. Durante casi toda su vida adulta se hizo pasar por una niña, engañó a decenas de personas para que la adoptaran y manipuló a las autoridades para evitar que fuera juzgada por sus engaños.
Como muchos psicópatas, la mujer era brillante y sabía cómo obligar a la gente para que hicieran lo que ella quería y la protegieran. Esto ocurrió con las hermanas Klara y Katherina Mauerová, quienes sin querer expusieron su verdadera identidad y crímenes.
El macabro caso de Kuřim:
Klara y Katherina Mauerová también nacieron en República Checa y en el seno de una familia de clase media. A pesar de los esfuerzos de sus padres, nunca tuvieron una niñez como la de los demás pues ambas sufrían de episodios esquizofrénicos, aunque intentaban llevar una vida lo más normal posible.
Klara conoció a Barbora mientras estudiaba pedagogía en la universidad. Durante días conversaron y se hicieron amigas, la supuesta “niña” le aseguró que había escapado de un centro de menores por los malos tratos y que no tenía dónde ir, por lo que Klara decidió llevarla a su casa en Kuřim, a 200 km al suroeste de Praga.
Mauerová acababa de separarse del padre de sus dos hijos de -de 8 y 10 años- y le había pedido a su hermana Katherina irse a vivir con ella. Skrlová encantó tanto a las mujeres que la “adoptaron” extraoficialmente.
Pese a su enfermedad, Klara era una buena madre y cuidaba bien de sus hijos, pero la llegada de la nueva integrante de la familia hizo que todo cambiara. Según consigna el diario inglés Daily Mail, Barbora comenzó a sentir celos por la atención que recibían los niños y los inculpaba de cualquier desastre que ocurría en la casa, que en su mayoría eran provocados por ella.
Las cosas empeoraron cuando la mujer incitó a Klara y Katherina a unirse a una secta religiosa a la que ella pertenecía y que denominada “El Movimiento Grial”. Esta era liderada por un ser conocido como “El Doctor”, quien se comunicaba con sus fieles por mensaje de texto y abogaba por el canibalismo, la promiscuidad sexual y el incesto.
Desde pequeñas, las hermanas Mauerová aseguraban que sufrían de alucinaciones iguales a las de Juana de Arco y que estaban a la espera de una misión divina, lo que facilitó el trabajo de Barbora para hacerlas participes de la secta.
Haciendo caso a una de las ideas de la mujer, Klara mandó a construir una jaula de hierro -que escondió en el sótano de la casa- y encerró allí a sus hijos, completamente desnudos.
Con el paso de los días comenzó a abusar de ellos y torturarlos de la peor forma imaginable. Según relató uno de los menores de edad en el juicio, su madre, su tía y Barbora los golpeaban, apagaban cigarros en ellos y los mantenían viviendo como animales y entre sus propios desechos.
Cuando los niños estaban a punto de morir de inanición, Skrlová -quien estaba obsesionada con Hansel y Gretel- convenció a las hermanas de engordarlos para luego obligarlos a sacarse pedazos de carne, los que debían ser devorados por los infantes y por ellas.
“Su objetivo era hacer que los chicos siguieran ciegamente sus objetivos religiosos”, dijo a Daily Mail la Fiscal del Estado, Zuzana Zamoravcova. Mientras que el juez Pavel Goth aseguró que la intención era crear personas con una voluntad completamente quebrada.
El inicio del fin:
Para saber lo que hacían los niños en la jaula mientras ellas no estaban presentes, Barbora compró un equipo de vigilancia usado para bebés recién nacidos y lo instaló en el sótano.
El problema es que sus vecinos compraron la misma tecnología para su guagua y cuando intentaron usarla captó por error la señal de la casa de las Mauerová. Impactados ante semejante escena dieron de inmediato aviso a las autoridades, quienes llegaron en seguida a investigar la denuncia.
Al entrar al sótano quedaron congelados con la escena: Dos niños desnudos en una jaula acostados entre su propio excremento y una niña llorando desconsolada pidiendo ayuda.
Por supuesto, aquella niña era Barbora, quien dijo a la policía que su nombre era Anika y que había sido adoptada por Klara.
Los oficiales arrestaron a las mujeres y se llevaron a los niños a un hospital, donde uno de ellos falleció producto de las lesiones y maltratos. En tanto, “Anika” se las arregló para escapar de la vigilancia policial y desapareció por completo.
Durante el juicio, las mujeres reconocieron sus crímenes, pero aseguraron que fueron manipuladas por Barbora, quien también fue acusada por el niño que sobrevivió a los horrores causados por su madre y tía.
“Han pasado cosas terribles. No puedo entender cómo pude permitirlo”, aseguró Klara antes del juicio a la agencia de noticias CTK.
La momentánea nueva vida de Barbora:
Tras escapar de República Checa -aparentemente con la ayuda de más gente de dicha secta- Barbora viajó hasta Noruega, donde se hizo pasar por un adolescente de 14 años. Engordó varios kilos, se cortó el pelo y se hizo llamar Adam.
Nuevamente encontró a una familia que se hizo cargo de ella, pero está vez fueron sus peculiaridades en la escuela lo que la delataron. Aunque parecía ser muy inteligente se le veía retraída y evitaba cualquier deporte en grupo. Además, aseguró que había escapado de casa porque no quería ser testigo en un juicio.
“En retrospectiva, podemos decir que nos preguntamos sobre el comportamiento de Adam… Pero esto no es fácil saber. Los niños de esa edad son muy diferentes y pueden ser masculinos o femeninos” dijo Ingjerd Eriksen, director de la escuela de Marienlyst.
Cuando los profesores intentaron contactar a las autoridades para averiguar más de su caso, Adam volvió a desaparecer. Por suerte la Policía Checa había enviado una orden de captura internacional contra Barbora, por lo que su imagen estaba en todas partes. Al poco tiempo fue apresada en el norte de Noruega y llevado de vuelta a su país, hasta donde llegó abrazando un oso de peluche.
Klara fue condenada por sus crímenes a 12 años de prisión, Katherina a 10 años y Barbora a cinco años por ser autora intelectual de los hechos. Sklorvá apeló en 2011 y quedó en libertad, hoy se desconoce su paradero.
Fuente: Bio Bio Chile
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