Malleus Maleficarum: El Martillo para aplastar a las Brujas - Nekromorty

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sábado, 16 de abril de 2022

Malleus Maleficarum: El Martillo para aplastar a las Brujas

Un texto infame y ancestral, obsesionado con la misión mortífera para perseguir torturar y matar brujas. Durante dos siglos este libro ayudó a alimentar el terror de un reinado y detrás de él historias de locura acusaciones y escándalos.
Malleus Maleficarum o Martillo de las Brujas escrito en 1486, es la biblia de los cazadores de brujas que consta de 256 páginas escritas en un oscuro latín. Podría decirse que es la enciclopedia y recopilación legal más exhaustiva que jamás se haya escrito con el fin de demostrar que las brujas existen y que deben ser ejecutadas. Era un texto autorizado al que la gente podría recurrir para comprender la brujería y darle sentido a este fenómeno.

Durante los siglos XVI y XVII, con un tiraje que se cree superior a las 30 mil copias, el Martillo de las brujas se extendió como una plaga por toda Europa. Con el tiempo las ideas del libro llegaron incluso al Nuevo Mundo. Al final del periodo de caza de brujas, El Martillo había enviado aproximadamente a 60.000 víctimas a la muerte.

El Martillo no inventó la caza de brujas. La primera gran caza de brujas europea precede al libro por más de un siglo y muchos eruditos religiosos ya habían escrito libros que condenaban a las brujas. Pero aún hoy más de medio milenio después, ningún otro texto medieval sobre brujería es tan famoso, leído o estudiado como el Malleus Maleficarum.

La caza de brujas del siglo XVI y principios del XVII se basaba en los planteamientos intelectuales popularizados por el Martillo. El Malleus Maleficarum tuvo numerosas reediciones que fueron leídas por mucha gente y es seguro que muchas de esas personas ya habían oído hablar de la brujería, pero aún albergaban dudas y así quedaban convencidas.

El Fallido Juicio en Innsbruck:

1485 en Innsbruck, Austria. 48 mujeres y dos hombres se enfrentan a los cargos de práctica de magia negra y brujería. Entre los delitos que se les imputan estaban el embrujo de amantes adúlteros, usando hechizos y elíxires para causarles enfermedades o la muerte. Una mujer se enfrenta a los cargos más graves y durante el juicio, un enviado de la inquisición toma el mando y desencadena un escándalo. Le pregunta por prácticas sexuales llevadas a cabo bajo influencia demoníaca e insiste en que la promiscuidad sexual es una puerta que libera sus poderes de bruja. Un abogado enviado por el obispo local interviene y acusa al inquisidor de conducta indecorosa e ilícita. Exige que se desestime la acusación y el inquisidor tiene que abandonar Innsbruck. El juicio había fracasado. Se trataba de Heinrich Kramer.

Expoliado por su fracaso en Innsbruck, Heinrich Kramer comienza su obra maestra. Un libro que demostrara que las brujas se guían por la debilidad y la lujuria, caminos mediante los que el diablo toma forma. Las brujas deben ser erradicadas y quemadas y será la última reivindicación para acallar a sus críticos para siempre.

El mayor logro del Martillo fue tomar la venganza personal de un hombre y convertirla en una causa. Una pista que explique ese poder durante siglos es que la obra maestra de Kramer pareció contar con la bendición de la iglesia.

La Bula Papal:

Cualquier intento de comprender el éxito del libro debe comenzar por un documento crítico que alberga en su interior. Hay quien lo ve como la autorización más clara jamás recibida por el Martillo y proviene de la propia iglesia se trata de una bula papal similar a un decreto real. Una bula papal es un documento firmado por el Papa y que establece una doctrina oficial de la iglesia. Se trata de una de las bulas más famosas de la historia, conocida como la bula de la brujería. Esta bula establece dos puntos muy importantes: primero advierte sobre las brujas y lo que hacen, escribe qué es la brujería, cómo las brujas recurren a la magia para provocar tormentas de granizo y truenos para hacer que tanto las personas como los animales se vuelven estériles mueran que queden lisiados. En segundo lugar, le otorgaba autoridad oficial a Heinrich Kramer para darles caza.

Hoy es difícil imaginar el revuelo que despertaría esta bula papal, persuadiendo a los lectores de que las brujas son reales y de que el propio Martillo cuenta con la bendición del líder religioso con más poder de la época. Pero hay un problema tal y como señalan los investigadores, la bula destaca más por aquello que no menciona sobre el Martillo de las Brujas. La bula papal está fechada tres años antes de la publicación del Martillo, pero está incluida en casi todas las ediciones.

Según algunos historiadores, la respuesta comienza en 1484 cuando Heinrich Kramer se preparaba para viajar a Roma. Se sentía frustrado porque las autoridades se negaban a cooperar con su caza de brujas. Llevaba consigo una carta en la que solicitaba permiso para cazar brujas bajo la autorización del Papa. Kramer también llevaba una suma no revelada, un pago para ayudar a persuadir al Vaticano para que aceptara su petición. La carta de Kramer funcionó y se convirtió en uno de los pilares de las Summis Desiderantes, una bula papal relativa a la brujería emitida por el Papa Inocencio VIII. La bula papal no mencionaba nada sobre el Martillo, pero Kramer sabía lo que ocurriría si la colocaba en un lugar destacado de su obra.

Esta bula le resultó muy conveniente pues sugería que el Vaticano estaba de acuerdo con todo lo que el Malleus Maleficarum decía. Esta engañosa bula revela una posibilidad asombrosa, que el éxito del Malleus Maleficarum no tuviera nada que ver con ninguna aprobación papal, sino que dependiera de un maestro manipulador.

Inicio de la Nefasta Obra:

Heinrich Kramer, un hombre obsesionado con acallar las críticas y cambiar para siempre el modo en que el mundo veía a las brujas: una maldad que debía ser detenida. El Malleus Maleficarum, la biblia de los cazadores de brujas está a punto de ver la luz. Entre 1485 y 1486 en la región del Tirol cerca de Austria, la obra de Heinrich Kramer comienza a tomar forma. Está decidido a crear la enciclopedia fundamental sobre la caza de brujas. Kramer coge literalmente todo lo que cae en sus manos para demostrar que las brujas existen y que son muy peligrosas.

El Martillo describe los peligros de la brujería con todo detalle. Nigromancia y adivinación, hechizos para enfermedades mortales, rapto y el sacrificio de bebés, invocación de desastres naturales, actos de canibalismo y consumo de sangre, brujas que vuelan por los aires para reunirse con sus consortes demoníacos y asistir a ceremonias de magia negra o aquelarres.

Kramer también incluyó en su libro experiencias reales de su vida como cazador de brujas. Un juicio excepcional se convertirá en su modelo. Un juicio que tiene lugar antes de su humillación en Innsbruck y que él ve como la causa de brujería más perfecta y mortífera.

El Juicio en Ravensburg:

1484 en Ravensburg, Alemania; una tormenta de granizo ha asolado la región y se cree que la posible causa es la brujería. En el juzgado, ocho mujeres se enfrentan a una delegación de dirigentes locales y también a Heinrich Kramer. Las acusadas sufren el castigo favorito de los inquisidores: la garrucha.

Colgadas por las muñecas, las víctimas permanecen suspendidas hasta que las extremidades superiores se dislocan. Finalmente, según Kramer, dos mujeres confiesan sus actos de brujería demoníaca causando las terribles tormentas. Heinrich Kramer ordena que las mujeres sean quemadas vivas. Para Kramer, Ravensburg supone todo un éxito debido a que dos años después, en su obra maestra describe el juicio como sólo él podría hacerlo.

A la hora de divulgar su libro, Kramer teme que sus credenciales no sean suficientes. Para persuadir a los lectores necesita de un colaborador ilustre. Lo que ocurre después será una de las mayores controversias que rodean al Martillo de las Brujas. Casi todas las ediciones del libro citan a dos hombres: Heinrich Kramer y Jakob Sprenger, un profesor de la prestigiosa Universidad de Colonia. Jakob Sprenger era uno de los líderes de la orden de los Dominicos en Alemania y algunos expertos creen que no hizo más que escribir el prefacio del Martillo. Otros creen que como experto erudito actuó como consejero literario, pero también hay quienes piensan que Sprenger no tuvo nada que ver con el libro y que Kramer se aprovechó del prestigio de su nombre. En lo que casi todos los especialistas coinciden es que Heinrich Kramer fue casi con total seguridad el autor principal del Martillo.

La Cacería de Brujas:

A finales de 1486, el Martillo de las Brujas está terminado como un manual de referencia que va más allá que cualquier otro libro a la hora de explicar los peligros de la brujería. Para exponer su teoría, el libro se divide en tres partes. La primera parte es un argumento filosófico que demuestra la existencia de las brujas. La segunda parte es una guía para el clero para reconocer la brujería en la propia comunidad. La tercera y la más infame de todas, un manual legal y una guía práctica sobre acusación persecución y pena de muerte por brujería. Con el libro terminado, Kramer no podía predecir el éxito que su biblia para cazadores de brujas llegaría a tener. Con el tiempo, llegará a enviar a la muerte en la hoguera a decenas de miles de brujas.

Las crónicas aisladas sobre cacerías de brujas se remontan hasta la edad oscura. La primera caza de brujas que se extiende por Europa es a mediados del siglo XIV, un siglo antes del Martillo. Lo que comienza como un esfuerzo para erradicar la hechicería pagana, la invocación del clima, la sanación y las prácticas mágicas; se convierte en un odio mucho más peligroso: las brujas pasan de ser paganas a ser herejes satánicas. Cuando aparece el Malleus Maleficarum en 1486, aún existía un fuerte debate sobre cómo obtienen las brujas los poderes demoníacos. Hasta la aparición del Martillo la gente discrepaba mucho incluso entre aquellos que creían en las brujas. A la pregunta de cómo corrompe Satanás a los humanos, la respuesta del Martillo es aterradora y los convierte en sus cómplices. Las mujeres lujuriosas son las cómplices más probables porque considera que la lujuria carnal resulta insaciable para ellas y por esta razón retozan con demonios.

Kramer proporciona pruebas de manera sistemática que indican que esos cómplices casi siempre son mujeres. El Malleus Maleficarum identifica a las brujas como mujeres en lugar de a brujos o brujas genéricas. A la pregunta de por qué las brujas deben ser temidas y exterminadas la respuesta es aún más aterradora: las brujas son una señal del Apocalipsis y antes del Juicio Final, todas ellas serán arrastradas al infierno.

Validación Fraudulenta:

En diciembre de 1486, con nuevas respuestas a miedos y supersticiones ancestrales, la obra maestra de Heinrich Kramer está casi lista para ser publicada. Pero para garantizar el éxito del libro aún falta un último documento, una reseña crítica llamada aprobación; como si se tratara del apoyo de alguna celebridad actual. Sin una aprobación, el libro estaría condenado al fracaso. Kramer no estaba seguro de que todo lo que decía en su texto fuera ajustarse a la ortodoxia católica. Su idea de que la brujería era la herejía más terrible parecía un tanto extraña y su autor tenía razones para estar preocupado, porque sabía que muchas de aquellas ideas eran demasiado vagas y por eso quería que la facultad le diera su apoyo.

Kramer quiere una aprobación de una de las escuelas religiosas más importantes de su tiempo, la Universidad de Colonia. El supuesto coautor Jakob Sprenger es uno de los profesores más respetados de colonia, pero nadie sabe lo que ocurrió después. Algunos dicen que Sprenger y Kramer acudieron a la universidad solicitando un apoyo por escrito. La autoridad de Sprenger hizo que fuera tarea fácil y varios eruditos firmaron la aprobación. Otros aseguran que Kramer acudió solo, pero inquieto y exigente, no consiguió lo que deseaba. De manera increíble decidió falsificar las firmas e imprimirlas. Los expertos que investigaron siglos después la conformidad de las firmas en la aprobación tienen serias dudas.

Éxito Nefasto:

Si se tiene en cuenta las dudas sobre la validez de las firmas, las implicaciones son alarmantes. La aprobación está incluida en casi cualquier copia del Malleus Maleficarum. Para todos aquellos que leyeron el libro no había ninguna razón para dudar de un beneplácito tan poderoso y la aprobación ayudó a convertir el Martillo de las Brujas en un fenómeno. A finales de la primavera de 1487, con la aprobación terminada, uno de los libros sobre brujería más infames de la historia estaba listo para salir a la luz. La biblia de los cazadores de brujas podría haber caído en el olvido, pero coincidió con un invento que cambió el mundo.

Kramer era muy sistemático, pero por otro lado también supo cómo explotar la tecnología tras la aparición de la imprenta de Gutenberg en 1454. Los autores podían divulgar su conocimiento de manera extensa. Por primera vez en la historia cualquiera que tuviera los medios podía escribir, imprimir, vender y distribuir un libro influenciando así la opinión pública a gran escala.

Con 150 copias impresas en la primera tirada y con cientos de ellas más vendidas a dirigentes religiosos y seculares, a clérigos locales, a universidades y a librerías; el Martillo de las Brujas se extendió como el fuego. Con el tiempo, se calcula que llegaron a venderse más de 30 mil copias del libro.

El Martillo se hizo público en los albores del siglo XVI, una época imprevisible de naciones enfrentadas y de guerras épicas. Una época en la que la iglesia católica se enfrentaba a su conflicto interno más grave y en la que empezaba a gestarse la reforma protestante. En medio de este caos, las descripciones que el libro hace de la brujería apocalíptica ayudaron a crear una cultura de miedo y sospecha. Kramer estaba convencido al igual que mucha gente de su época, de que cada vez había más brujas y de que la influencia de Satán sobre Europa iba en aumento y que sería destruida a menos que alguien hiciera algo.

Las prácticas descritas en el Malleus Maleficarum se convirtieron en algo común. Colgar avisos en las puertas incitando a los aldeanos a dar nombres, interrogatorios invasivos, cómo emplear la tortura y cuándo decretar la pena de muerte. Aunque desde su primera impresión no todos se probaron las ideas del martillo, durante las décadas sucesivas varios críticos presentarían fuertes objeciones. Casi inmediatamente hubo gente que se rebeló y dijo que eso no tenía ningún sentido. Pero no era suficiente. La violencia de las cazas de brujas se extendió por el norte de Europa, causando estragos en Suiza, Francia, Alemania y más allá. En términos generales, el Malleus llegó a desencadenar una nueva oleada de persecución, tortura y muerte.

El Juicio en Wiesensteig:

En 1563, en Wiesensteig, Alemania. A menos de un siglo desde uno de los juicios más famosos del Martillo de las Brujas, el conocido como la tormenta de granizo demoníaco de Ravensburg. La misma acusación se repite, esta vez, un conocido noble reunió a un grupo de mujeres acusándolas del mismo delito de conjurarse con Diablo para invocar una tormenta de granizo que destruye la cosecha. Promovido por este noble terrateniente, el juicio aúna dos elementos clave para cualquier caza de brujas: pánico y padrinazgo.

Siempre se necesita un príncipe que esté dispuesto a otorgarles poder a los cazadores de brujas para permitirles la celebración de juicios por brujería en su jurisdicción. Además, en las comunidades cerradas, las acusaciones entre vecinos por fenómenos inexplicables resultaban siniestramente comprensibles desde tiempos inmemoriales.

Las Herramientas de la Crueldad:

En una vorágine de cacerías de brujas, la historia se alimentaba a sí misma. La gente común estaba ansiosa por identificar culpables entre sus conocidos y comenzó a aceptar la noción de brujería diabólica. Cualquier pueblo pequeño podía verse envuelto en una espiral de pánico a las brujas. Las sospechosas de brujería eran con mucha frecuencia mujeres campesinas, algunas de ellas practicaban la medicina herbolaria, otras llevaban a cabo conjuros sobrenaturales. Hay quienes tenían problemas mentales pero la mayoría eran simplemente mendigas. Según el Martillo, los débiles eran los más peligrosos.

En Wiesensteig, las mujeres fueron torturadas. Los inquisidores que consultan el Malleus Maleficarum saben que es el método más rápido para hacer que una bruja confiese. Si la acusada no confiesa la verdad, habrá un segundo o tercer día de interrogatorio bajo tortura. También se recurría a la tortura para que las brujas delataran a sus cómplices y saber que había cómplices porque esto era parte de una gran conspiración.

Entre los instrumentos más temidos había un casco de hierro llamado aplasta cráneos, la garrucha y una prensa para aplastar las manos. El juicio en Wiesensteig se prolongó durante meses. En total, más de 60 mujeres confesaron y ardieron en la hoguera y no fueron las únicas. Hay quienes opinan que el Malleus Maleficarum inspiró algunos de los peores actos de odio de la historia contra las mujeres.

Los Juicios de Salem:

En los albores del siglo XVII, el legado de persecución dejado por el Martillo se extendió aún más cuando la historia por la caza de brujas echó raíces en el mundo de habla inglesa. Durante algunos de los juicios por brujería más terribles, las ideas que subyacían en el Malleus Maleficarum dejarán una última marca imborrable.

En 1692, dos comunidades conforman la región de Salem, Massachusetts. Los rumores de actos de brujería violentos realizados con niños comienzan a circular y las acusaciones se vuelven alarmantes. Si algún lugareño notaba que una de sus cabras había muerto y si sus hijos caían enfermos, podían asociar esos males a ciertas amenazas hechas por gente extraña y tenían un caso de brujería. Algunos ciudadanos importantes que se atrevieron a cuestionar la validez de los cargos y de la propia caza de brujas, ellos también fueron acusados. Los niños se convertían en testigos y los miembros de las familias morían para proteger a sus allegados.

Con el tiempo, incluso los ciudadanos más respetables acababan colgando de la horca. En menos de un año, los dirigentes locales arrestaron a 150 personas, declararon culpables a 29 de ellas y ejecutaron a 19. Las teorías para explicar esta histeria van desde hongos alucinógenos en el grano a la represión cultural, pasando por historias de fantasmas de esclavos. Pero no importa cuál fuera la causa, cualquier análisis de los horrores de Salem apunta al legado más destructivo del Malleus Maleficarum.

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