Se cree que Dante Alighieri nació un 29 de mayo de 1265. Es autor del famoso poema La Divina Comedia, una de las obras más importantes de la literatura universal. Los versos del poeta italiano han inspirado innumerables pinturas, grabados, escenas de cine y referencias de la cultura popular.
La Divina Comedia, escrita entre 1304 y 1321, es un poema dividido en tres partes que cuenta el viaje del Peregrino, alter ego de Dante, por el Infierno, Purgatorio y Paraíso, acompañado por Virgilio y Beatriz. La obra se divide a su vez en cantos y está repleta de simbolismos y alegorías de temas religiosos como la salvación, el amor divino y la ética cristiana.
En la primera de las tres cánticas, conocida comúnmente como El infiero de Dante, el Peregrino es guiado por el espíritu del poeta Virgilio a través del infierno.
A través de 33 cantos, en esta sección se describen los castigos que reciben los pecadores. De acuerdo con la obra de Dante, el infierno está dividido en nueve círculos, cada uno contenido dentro del otro. A cada uno le corresponde un castigo de acuerdo al tipo de pecado.
El Noveno Circulo del Infierno:
Dante reservó para los traidores el noveno círculo del Infierno. Según su descripción, en este círculo, que es el último de los infernales y a la vez el centro del universo, hay un inmenso lago helado, el Cocito, donde se encuentran sumergidos, unos más que otros y en posiciones diferentes, los condenados por traición.
El poeta distingue cuatro zonas en este lago tan céntrico. En la cuarta, donde termina el camino de bajada, hay, pagando su pena y totalmente cubiertos de hielo, quienes son, según el poeta, los peores pecadores: los que han traicionado a los grandes benefactores de la humanidad. La magnitud de su crimen explica que el encargado de castigarlos sea el propio Lucifer, el rey del Infierno
Según Dante, Lucifer, de un tamaño enorme, tiene seis alas de murciélago y tres caras. Una de estas caras es roja, otra, amarilla y la tercera, negra. Cada una tiene la boca que le corresponde, bien armada con la correspondiente dentadura. Con la central, mastica a Judas, razón por la que esta cuarta zona del Cocito recibe el nombre de Judeca. En las otras dos, son Marco Junio Bruto y Cayo Casio Longino, los asesinos de Julio César, quienes sufren, en un suplicio interminable, las dentelladas.
En el comentario que Josep Maria de Sagarra escribió para su traducción de la Divina Comedia, el escritor no quiso abstenerse de apuntar que era muy discutible que Bruto y Caso merecieran el peor de los castigos e, incluso, que merecieran alguno.
Dante los puso a la Judeca porque se había hecho gibelino y quería establecer un paralelismo entre la traición a César, fundador del Imperio a quien como tal atribuía el cuidado de la felicidad terrenal, con la traición a Cristo, que había enseñado el camino hacia la felicidad del otrp mundo. Pero, como apuntaba Sagarra, el acto de Bruto y Casio también podía ser descrito y alabado como un tiranicidio más o menos legítimo y, al fin y al cabo, no era más grave que otros hechos que la Historia ha acabado ennobleciendo.
A pesar de que el poeta florentino pusiera el republicano Bruto entre los dientes de Lucifer, nunca han faltado quienes han visto en su puñalada una alegoría del triunfo de la virtud y la libertad sobre la tiranía. La infidelidad que define la traición también puede tener, como repetía Josep Maria Castellet, su ética, y la infidelidad de Bruto se encaramaba sobre unos sólidos principios.
A veces, como en este caso, para ver como un traidor se convierte en héroe sólo hay que recorrer mentalmente la distancia que separa a quienes lo observan desde puntos de vista opuestos. Pero este procedimiento no siempre funciona. Y son muchos quienes, queriendo pasar por héroes, han tenido que oír, con o sin razón, la frase "Roma no paga traidores", que presuntamente dirigió un cónsul romano a los asesinos de Viriato.
El territorio de la traición es complejo. Y, dado que promete ser el gran argumento retórico del año, quizás convendría hacer un mapa detallado para que nadie se pierda.
Fuente: La Vanguardia / Milenio
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