A medida que la crisis del COVID-19 empeora, el mundo también esta enfrentando una pandemia global de desinformación. Teorías de conspiración que se comportan como los mismos virus se han esparcido en la web de la misma forma que el SARS-CoV-2 se ha esparcido entre la población. Aquí las 10 teorías de conspiración más relevantes.
- Culpando al 5G:
Esta teoría de conspiración debe ser fácil de refutar: Ya que es biológicamente imposible que los virus se puedan esparcir por medio del espectro electromagnético. El espectro electromagnético esta formado por ondas y fotones, mientras que los virus están formados por partículas biológicas compuestas por proteínas y ácidos nucleicos. Pero ese no es realmente el punto, las teorías de conspiración son atractivas porque a menudo vinculan dos cosas que al principio pueden parecer correlacionadas; en este caso, el rápido despliegue de las redes 5G se estaba produciendo al mismo tiempo que la pandemia golpeó. Tras el surgimiento de un meme viral que vinculaba la red 5G y el COVID-19, y que fuera promovido con avidez por activistas anti-vacunas quienes han estado difundiendo temores sobre la radiación electromagnética, e incitados por el Kremlin.
Vale la pena repetir, lo señalado por la Organización Mundial de Salud (OMS), que los virus no pueden viajar en redes móviles, y que el COVID-19 se está esparciendo rápidamente en muchos países que no tienen redes 5G. Aun así, esta teoría de conspiración –después de ser difundida por celebridades con gran impacto en redes sociales– ha llevado que antenas de telefonía móvil sean incendiadas en el Reino Unido y en otros lugares.
- Bill Gates como chivo expiatorio:
La mayoría de las teorías de conspiración, como los virus a los que se parecen, constantemente mutan y llegan a presentar varias variantes que circulan al mismo tiempo. Muchos de esos complots y sub-tramas parecen involucrar a Bill Gates, quien se ha convertido en un objetivo de la desinformación proveniente de la derecha al criticar gentilmente a los chivos expiatorios de Donald Trump (y el posterior recorte) hacia la Organización Mundial de la Salud. De acuerdo con el New York Times, anti-vacunas, miembros de QAnon (una teoría de conspiración que detalla un supuesto complot contra Donald Trump y sus partidarios) y expertos de derecha han aprovechado un vídeo de una conferencia TED del 2015 dada por Gates –donde el discute el brote de Ébola y advertía sobre una nueva pandemia– para reforzar sus afirmaciones que él tenia conocimiento previo de la pandemia de el COVID-19 o incluso que él la causo a propósito.
Una variación reciente en esta teoría de conspiración, particularmente querida por los activistas anti-vacunas, es la idea de que el COVID-19 es parte de un complot dirigido por Gates para vacunar a la población mundial. Hay algo de verdad en esto, por supuesto que al vacunar a gran parte de la población mundial podría ser la única forma de evitar una eventual perdida de decenas de millones de vidas.
Pero los anti-vacunas no creen que las vacunas funcionen. En su lugar algunos activistas anti-vacunas han difundido el mito de que Gates quiere usar un programa de vacunación para implantar microchips digitales que de alguna forma van a rastrear y controlar personas. La difusión de la desinformación ha derivado a que ID2020, una pequeña organización sin fines de lucro que se enfoca en establecer identificaciones digitales para las personas más pobres de todo el mundo haya tenido que llamar al FBI. (Cornell Alliance for Science está parcialmente financiada por la Fundación Bill y Melinda Gates).
- El virus escapo de un laboratorio chino:
Esta teoría de conspiración tiene el beneficio de la duda. Es verdad que el epicentro original de la pandemia, la ciudad china de Wuhan, es también ciudad sede de un Instituto de Virología en donde investigadores han estado estudiando coronavirus de murciélago desde hace mucho tiempo. Una de los investigadores, Shi Zhengli, una reconocida viróloga quien paso años colectando muestras de excremento de murciélago en cuevas y una de las expertas que trabajó en el brote anterior de SARS, estaba preocupada ante la posibilidad por lo que paso días revisando frenéticamente los registros del laboratorio para ver si algo había salido mal. Admitió haber dado un “suspiro de alivio” cuando la secuenciación genética mostró que el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 no coincidía con ninguno de los virus muestreados y estudiados por su equipo en el Instituto de Virología de Wuhan.
Sin embargo, la mera coincidencia de que el principal Instituto que estudia los coronavirus de murciélago en China estuviera en la misma ciudad que el origen del brote de COVID-19, ha demostrado ser una coincidencia demasiado tentadora como para que los conspiradores la dejaran pasar.
La teoría fue sembrada originalmente a través de un documental de una hora de duración producido por Epoch Times, un medio de comunicación inglés con sede en los Estados Unidos y con vínculos con el culto religioso de Falun Gong que ha sido perseguido durante mucho tiempo por el Partido Comunista Chino (PCCh). Epoch Times insiste en llamar al COVID-19 “el virus del PCCh” en toda su cobertura. La teoría ahora ha entrado en los medios, siendo reportada en el Washington Post el Times (en Reino Unido) y muchos otros medios.
- COVID fue creado como un arma biológica:
Una variante más picante es que el COVID-19 no solo escapó de un laboratorio, sino que fue creado intencionalmente por científicos chinos como un arma biológica. De acuerdo con Pew Research, “casi tres de cada 10 estadounidenses creen que el COVID-19 fue creado en un laboratorio”, ya sea intencionalmente o accidentalmente (siendo su creación intencional mas popular con el 23%, y solo el 6%cree que fuera un accidente).
Esta teoría de que los chinos de alguna manera crearon el virus es particularmente popular en la derecha de la política de los Estados Unidos. Obtuvo cobertura en medios gracias al Senador estadounidense Tom Cotton (Republicado, de Arkansas) quien amplifico las teorías emitidas por primera vez en el Washington Examiner (un medio de comunicación altamente conservador) en donde se señala que el Instituto de Virología de Wuhan “esta vinculado a un programa encubierto de armas biológicas de Beijing”.
Esta teoría puede ser fácilmente refutada ahora que hay evidencia científica inequívoca –gracias a la secuenciación genética– de que el virus SARS-CoV-2 tiene orígenes completamente naturales al igual que un virus zoonótico que se origina en murciélagos. The Examiner desde entonces ha agregado una corrección la parte superior de la publicación original admitiendo que la historia es probablemente falsa.
- El ejército estadounidense importó el COVID a China:
El gobierno chino respondió a las teorías en contra de China con una teoría de conspiración propia que busca darle vuelta y culpar a los Estados Unidos. Esta idea fue difundida inicialmente por el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, quien tuiteó “es posible que el ejercito de los Estados Unidos haya traído el virus a Wuhan”. Estos comentarios, de acuerdo con Voice of America News, “hicieron eco de una conspiración ya rumoreada y ampliamente difundida en China, de que el personal militar estadounidense había traído el virus a China durante su participación en los Juegos Mundiales Militares de 2019 en Wuhan el octubre pasado”.
Para China, como informó The Atlantic, esta teoría de conspiración, y el intento de cambiar el nombre de COVID-19 por “virus de los Estados Unidos”, fue una “táctica geopolítica” –útil para la propaganda nacional– pero que no se cree ampliamente a nivel internacional.
- Los OGMs son de alguna manera culpables:
Los cultivos genéticamente modificados han sido blanco de teorías de conspiración durante años, por lo que no fue sorpresa ver que se le culpara a los OGMs en las primeras etapas de la pandemia de COVID-19. A principios de marzo Francesco Billota, un abogado italiano, escribió un extraño articulo para II Manifiesto, afirmando falsamente que los cultivos genéticamente modificados causan contaminación genética que permite la proliferación de virus debido al “desequilibrio” ambiental que causan. Los activistas anti-OGM también han tratado de culpar a la agricultura moderna, lo cual resulta extraño, ya que la ruta conocida del virus hacia la población humana –como el ébola, VIH y muchos otros– fue a través de la practica muy antigua de las personas de capturar y matar animales silvestres.
Irónicamente, los OGMs serán al parecer parte de cualquier vacuna que dará solución al problema. Si alguno de los 70 proyectos de vacunas que se están realizando funciona (si es que lo hace), esa seria la única forma garantizada de que el mundo pueda salir del desastre causado por el COVID-19. Las vacunas podrían estar basadas en virus atenuados genéticamente modificados o usar antígenos producidos en plantas o líneas celulares modificadas genéticamente. Si los OGMs ayudan a salvar al mundo de la maldición de COVID-19, tal vez dejarán de ser una mala palabra.
- El COVID-19 en realidad no existe:
De acuerdo a conspiradores profesionales como David Icke y Alex Jones de InfoWars, el COVID-19 en realidad no existe, sino que es un complot de la elite global para quitarnos la libertad. Las primeras versiones de esta débil teoría prevalecieron en la derecha política con la noción de que el nuevo coronavirus “no es peor que la gripe”, escalando a versiones posteriores influyendo en las protestas en contra de las restricciones en varios estados de los Estados Unidos. Debido a que los creyentes en esta teoría se niegan cada vez más en tomar medias de distanciamiento social, ellos podrían ayudar de forma directa a que la pandemia se extienda aun mas en sus propias localidades y aumentar la tasa de mortalidad.
- La pandemia está siendo manipulada por el “estado profundo”:
El presidente Trump es un conspirador desde hace mucho tiempo y ha incursionado en muchas de las teorías mencionadas aquí. Trump y sus acólitos creen que el “estado profundo” de élite estadounidense está conspirando para socavar al presidente y que el Dr. Antony Fauci –la cara de la respuesta de la pandemia en Estados Unidos– es un miembro secreto. La expresión de incredulidad de Fauci cuando el presidente mencionó el “estado profundo” en una rueda de prensa supuestamente delato el juego.
- El coronavirus es un complot de la Big Pharma (Gran Farma):
Muchos de los promotores de las teorías de conspiración son en realidad actores inteligentes que intentan vender productos chatarra. Alex Jones, que entre quejas sobre engaños y el Nuevo Orden Mundial, invita a los televidentes a comprar costosas píldoras milagrosas que, según él, pueden curar todas las enfermedades conocidas. El Dr. Mercola, un curandero anti-vacunas y anti-OGMs que ha sido prohibido en Google por el comercio basado en información errónea, afirma que las vitaminas (y muchos otros productos que vende) pueden curar o prevenir el COVID-19. Natural News, otro sitio conspirador, vende todo tipo de píldoras, pociones y equipo de supervivencia. Estos conspiradores dependen de su mercado para hacer que las personas crean que la medicina basada en evidencia (es decir, la medicina convencional) no funciona y es un complot de las grandes compañías farmacéuticas para enfermarnos. Las conspiraciones que involucran a la “Big Pharma” son un elemento básico en las narrativas de los anti-vacunas, por lo que no es sorpresa que hayan transmutado a la era del coronavirus.
- Las tasas de mortalidad del COVID-19 están infladas:
Otra teoría proveniente de la extrema derecha es la idea de que las tasas de mortalidad del COVID-19 están siendo infladas y, por lo tanto, no hay razón para conservar las medidas de restricción u otras medidas de distanciamiento social. Una destacada promotora de este mito es la Dra. Annie Bukacek, que por medio de un vídeo donde advertía que los certificados de defunción de COVID-19 están siendo manipulados, ha sido visto más de un cuarto de millón de veces en YouTube. Bukacek aparece con una bata blanca de laboratorio y con un estetoscopio alrededor del cuello, haciéndola parecer como una autoridad y fuente médica.
Sin embargo, profundizando un poco más, como lo hizo la revista Rolling Stone, resultando en que en realidad es una activista de extrema derecha en contra de las vacunas y del aborto, anteriormente conocida por traer pequeños fetos de plástico a la legislatura del estado de Montana. Su insistencia en que las tasas de mortalidad de COVID-19 están infladas, por supuesto que no cuentan con ninguna base. Lo más probable es que el conteo con del número actual de muertos se este quedando gravemente corto.
¿Cómo reconocer y desacreditar teorías de conspiración?
Es importante alzar la voz y combatir la desinformación que está en línea, así como las narrativas conspiracioncitas, ya sea sobre el COVID-19 o sobre el cambio climático o cualquier otra cosa. Este manual (en PDF) de John Cook, y Stephan Lewandowsky, ambos con amplia experiencia en la lucha contra el negacionismo climático, es una herramienta esencial.
NOTA: Al igual que en cobertura previa, nuestra política es evitar los enlaces directos a sitios web y redes sociales que promuevan información errónea y teorías de conspiración, para no generar tráfico y darles una mayor visibilidad.
Fuente: Alliance For Science
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