La historia dice que la primera película proyectada al público fue obra de los hermanos Lumiere, y que Thomas Edison también contribuyó en la invención de las imágenes en movimiento.
Pero hay un nombre del que muy poco se ha hablado, cuya historia pudo ser muy distinta de no ser por su misteriosa desaparición en 1890: Louis Le Prince.
Nacido en Metz, en 1842, este hombre francés se especializó en arte, física y química. En 1866 se mudó a Leeds, Inglaterra, con su amigo John Whitley, fundador de una compañía dedicada a fabricar válvulas y otros componentes.
Tres años más tarde, Le Prince se casó con la hermana de Whitley, Elizabeth, y en 1871 ambos pusieron en funcionamiento una escuela de arte aplicada, llamada “Escuela Técnica de Arte de Leeds”.
En 1881 se marchó a New York, convirtiéndose en la mano derecha de un grupo de artistas franceses que producía panorámicas de batallas famosas, las que eran exhibidas también en Washington y Chicago. Fue en Estados Unidos donde desarrolló su pasión por las imágenes.
Marie, su hija, recordó tiempo después que su padre había creado una cámara con 16 lentes en 1885, y que un año después ya proyectaba fotos en movimiento en la pared de su taller.
Fue precisamente en 1886 cuando solicitó una patente para su cámara, la que le fue aprobada en 1887. Fue durante esa época en la que regresó a Europa, pues no quería que le robaran su trabajo.
1888. Este es el año en el que, de acuerdo a su familia, Le Prince inventó lo que hoy conocemos como películas, gracias a una cámara que contaba con una manivela que movía el papel entre su único lente y el obturador.
Si bien gran parte de lo que consiguió filmar ya no existe, tres de sus capturas sí pudieron ser vistas por el mundo. Una de ellas, considerada la primera grabación de toda la historia, se le conoce como “La Escena del Jardín de Roundhay”.
Un dato que no puede pasar desapercibido: Edison no comenzó a grabar hasta 1891, y los hermanos Lumiere recién lo hicieron en 1892, mientras que su película inicial se estrenó en 1895.
A comienzos de 1890, exhibió su trabajo en la Ópera Nacional de París, y a mediados de ese año le escribió a su señora que planeaba volver a Norteamérica para mostrar su histórica creación.
¿Qué lo llevó a querer demostrar públicamente sus filmaciones? si bien tenía patentes en Francia e Inglaterra, no eran prueba suficiente de que efectivamente era el inventor del cine.
Hasta que llegamos a esa fatídica jornada del 16 de septiembre de 1890: ese viernes se subió a un tren en Dijon con destino a París, y al lunes siguiente tenía previsto viajar al Reino Unido antes de reunirse con su familia en suelo norteamericano.
Jamás encontraron su cuerpo ni equipaje, pese a que se realizó una búsqueda exhaustiva por parte de sus familiares, la policía francesa y Scotland Yard, como es conocida la unidad policial británica.
De acuerdo a los historiadores, su hermano fue quien lo dejó en la estación y fue la última persona en verlo con vida. La investigación arrojó todo tipo de teorías respecto a qué sucedió con Louis.
¿Razones para suicidarse? Según detectives, el hecho de no haber podido demostrar que había inventado la película lo tenía en bancarrota, y no quería seguir siendo una carga para Elizabeth y sus hijos.
Otros creen que fue asesinado por el propio Edison por esta “guerra de patentes”, pues al inventor que nació en Ohio sí se le considera como uno de los padres de las imágenes en movimiento.
Vaya a saber uno si también es cierto que era homosexual, y que su propia madre lo mandó a asesinar. O que su hermano, para quedarse en exclusiva con la herencia de su mamá, tuvo que ver con su muerte, la que nunca pudo ser confirmada.
Cuánto pudo cambiar la historia, y su propia vida personal, si concretaba ese viaje a New York. Siglos después, este caso sigue sin una respuesta clara, y con un inventor desaparecido al que nunca se le reconoció oficialmente.
Fuente: Guioteca
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