Dos años de trámites burocráticos necesitó el fotógrafo para poder acceder durante un solo día al depósito de cadáveres de México DF y realizar la foto que podemos ver en esta portada de Pungent Stench. De entre todos los pedazos humanos que pudo ver en el depósito, una cabeza diseccionada fue lo que más le llamó la atención. Preparó la cámara y el trípode, dispuso filtros y carretes, pero no halló el modo de crear una escena acorde a tal carnicería forense. Pasó el día pensando en aquella cabeza seccionada en dos partes hasta llegar a la conclusión de que “a veces los puzzles de dos piezas son lo más difíciles de resolver” y realizando una de sus obras más conocidas: “El Beso”.
En esta ocasión, estamos hablando sobre el fotógrafo de lo macabro y tenebroso, Joel Peter Witkin. Este artista del miedo, de lo morboso, repugnante e, incluso, como se ha llegado a tildar cruel, no puede ser encuadrado en ningún canon artístico, en ninguna de las múltiples corrientes del arte. Sin embargo, su obra, marcada por un tradicionalismo formal, traumas psíquicos y una gran religiosidad, bebe de artistas tan relevantes como Giotto, Velázquez, Miró y Picasso, sin olvidar esa fuerte impronta del surrealismo.
Este neoyorquino nacido en Brooklyn en 1939 se enfrentó desde su primera infancia a la dualidad de dos religiones al tener un padre judío y una madre católica. Quizá esta fuese la semilla que diese lugar a la temática central de toda su obra como bien reflejan Penitente, Crucifijo o Purgatorio Interior entre otras. Si bien, son estas fotografías y muchas más, llenas de deformidad, cadáveres, dolor y sexo, las que le han valido un nombre y un sello propio; sus inicios se remontan a su etapa como fotógrafo de guerra entre 1961 y 1964 en la Guerra de Vietnam. Período en el que también trabajo como fotógrafo freelance y se convirtió en el fotógrafo oficial de City Walls Inc. Estudió después escultura en la Cooper School Of Fine Arts de Brooklyn donde consiguió un título en artes en 1974. Después de que la Universidad de Columbia le concediera una beca, terminó sus estudios en la Universidad de Nuevo México en Albuquerque donde consiguió su Master en Bellas Artes.
En numerosas ocasiones, la naturaleza transgresora de su arte ha consternado a la opinión pública, e incluso, se le ha marginado como artista en diversas circunstancias. En lo referente a la técnica, su acercamiento al proceso físico de la fotografía es altamente intuitivo, en el que incluye manchar o rayar el negativo, y una técnica de impresión con las manos en los químicos.
Paralelamente, como ya les indicábamos líneas más arriba, si hablamos de la forma, la obra de Witkin está compuesta de composiciones perfectamente equilibradas, de temas más anodinos, tratándose de Witkin como el sexo o la muerte, pero de otros, más tabús como la necrofilia, el fetichismo, la zoofilia, etcétera, y de una espiritualidad que marca toda su obra. A pesar de las grandes influencias mencionadas, no pasan desapercibidas las influencias de los mundos fantasmagóricos de El Bosco, la construcción irónica de Arcimboldo, la oscuridad de Goya, el surrealismo de Max Ernst y las formas recargadas del barroco, entre otros.
Witkin es capaz de hacer bello lo feo, de desafiar los cánones de belleza estipulados para mostrar otra belleza distinta, oscura, pero igual de loable que lo estipulado por el gran marketing y las convencionales corrientes artísticas. Por ello, se le ha considerado en múltiples veces un autor marginal, pese a su gran originalidad y talento. Tan solo el tiempo ha logrado situarlo en ese mundo elitista del arte.
Este artista alterna su faceta fotográfica con la docencia. Desde 1959 ha exhibido sus fotografías de modo individual o colectivo en museos tan importantes como el Guggenheim de Nueva York, Museum of Modern Art de San Francisco, Museo Reina Sofía de Madrid, Sternburg Museum de Praga, Baudoin Lebon Galerie de París, Galeria Eventi de Milán, Israel Museum de Jerusalem o el Osaka Gallery de Japón, entre otros. Asimismo, ha participado en varios encuentros fotográficos como Mesiac Fotographie (Eslovaquia), Camera Work (Berlin), Fotográfica Bogotá (Colombia), entre otros.
De su obra destacan: Las Meninas que constituye una re-interpretación del cuadro de Velázquez (1987) el cual está en el Museo Reina Sofía de Madrid, El Beso (1982), Hombre Sin Cabeza (1993), Anna Akhmatova (1999) una de sus célebres naturalezas muertas, Hombre De Vidrio (1976), La balsa de George W. Bush basada en La balsa de la Medusa de Géricault (2006), entre otras.
Por último, y a modo de curiosidad, dos obras de Witkin sirvieron de portada para la banda de death metal austriaca, Pungent Stench: El Beso para su disco Been Caught Buttering, 1991 y, Poeta: De una colección de Reliquias y Ornamentos para el álbum For God Your Soul… for Me Your Flesh de 1990.
Fuente: Los Ojos De Hípatía
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