Una investigación revela la obsesión del desaparecido presidente de Venezuela por consultar videntes, hacer sesiones de "ouija" y hasta practicar rituales de santería cubana.
"Chávez utilizó la brujería para controlar Venezuela y manipular al pueblo. Hasta tal punto que la santería importada desde Cuba transformó la manera de hacer política". Lo afirma el periodista David Placer en un libro titulado 'Los Brujos de Chávez'.
Uno de los hallazgos más relevantes de la investigación periodística de Placer es una carta manuscrita por el propio Hugo Chávez que publica en exclusiva el diario EL MUNDO y que fue enviada a la vidente Cristina Marksman en la que pide ayuda para un cabo primero de sus "Centauros de la Muerte".
"Las prácticas santeras surgen con el chavismo gracias a la influencia de Fidel Castro, que aprovecha la superstición de Chávez para introducir a los santeros en todas las instituciones del Estado", explica Placer.
Que Fidel Castro y Hugo Chávez compartían no sólo ideología política sino, también pasión por la brujería afroamericana. El propio líder bolivariano se habría iniciado en la santería bajo el signo de Changó en un ritual celebrado en La Habana.
Es curioso constatar como a raíz de sus enfermedades, tanto el líder cubano como el bolivariano vistieron a menudo de rojo porque es el color de Changó, uno de los principales orishas (dioses) del panteón afrocubano, al que también está «ofrecido» Castro. Sus asesores espirituales le pidieron que vistiera con ese color para que Changó les ayudara a recuperar la salud.
A partir de la iniciación de Chávez, los 'babalaos' o santeros se introdujeron en organismos y empresas creando una red de espías que obtenían información gracias a su labor como guías espirituales según le confesó al periodista Raúl Baduel desde la cárcel de Ramo Verde, ex-ministro y amigo personal de Chávez,
Uno de los descubrimientos más impactantes fue constatar que en el Palacio Presidencial de Miraflores se realizaban rituales de espiritismo a los que acudían los jerarcas del chavismo, unas sesiones que, según el autor de este libro todavía hoy se siguen haciendo.
Los militares hacían los ritos de iniciación en La Habana y era frecuente ver altares en los lugares públicos. Esto llegó a transformar incluso el cuadro de mando del ejército, ya que un padrino de santero no podía estar por debajo en el escalafón.
Otra de las increíbles revelaciones del libro es que en el cementerio general del sur se profanaban hasta ocho tumbas diarias con el objeto de que los huesos de los muertos fueran empleados en los rituales paleros de Chávez.
Chavez viste de rojo y lleva colgadas los collares de Changó. El Palo Mayombe es un sincretismo religioso que tiene su raíz en los cultos de origen Bantú, término con que la etnología occidental reúne a la comunidad de pueblos del Africa oriental, central y austral que hablaban esa lengua en cualquiera de sus variantes.
Esta Regla fue el resultado inicial del sincretimos de los credos bantúes a la sociedad cubana. El centro de la ceremonia en este credo es la Nganga, recipiente donde se supone se encuentra el alma de un muerto que es sometida a la voluntad del iniciado a través de un pacto que los alimenta a ambos.
La relación con los muertos fue una constante a lo largo de la vida de Chávez. Aseguran que dejaba una silla vacía en las reuniones con sus asesores para Simón Bolívar, con quien mantenía charlas hasta altas horas de la madrugada.
Cuando almorzaba a solas pedía otra ración para el libertador. Otras veces, durante las sesiones de espiritismo en la cárcel, era poseído por el alma de su bisabuelo, que hablaba a través de él, donde se le designaba como el candidato "elegido" por los dioses.
Fuente: Espacio Misterio
No hay comentarios:
Publicar un comentario