Las formas de vivir y experimentar la sexualidad humana son amplias y diversas. Para tener prácticas sexuales seguras y placenteras es esencial acceder a información confiable que nos permita tomar decisiones informadas.
Así mismo, toda práctica sexual debe estar basada en el consentimiento de las personas involucradas. En este artículo hablaremos sobre las relaciones sexuales anales y algunas recomendaciones para su práctica y los riesgos que conlleva.
La anatomía del sexo anal:
Antes de profundizar en las relaciones sexuales anales es importante reconocer y nombrar las partes cuerpo que intervienen para conocer las funciones y características que tiene cada una, estas son:
- El ano.
- El recto.
- El esfínter anal.
El ano es el orificio al final del tubo digestivo, por donde se evacua el material de defecación. Está compuesto por capas de piel -con terminaciones nerviosas que la hacen especialmente sensible- y por el intestino.
El recto es la parte final del tubo digestivo y está encima del ano; es una zona poco sensible. Y el esfínter anal, que es un anillo muscular que mantiene cerrado el ano y es controlado por el sistema nervioso autónomo, pero en parte también es posible contraerlo y relajarlo a voluntad.
¿Cómo tener relaciones sexuales anales seguras?
Luego de conocer las partes del cuerpo que se involucran directamente, es preciso mencionar algunas pautas para procurar una práctica sexual segura y placentera.
En las relaciones sexuales anales son mayores los riesgos de transmisión de VIH, en comparación con las relaciones sexuales vaginales u orales.
La zona del recto y el ano es especialmente sensible, se pueden presentar fisuras o desgarros, y se pueden propagar fácilmente Infecciones de Transmisión Sexual, por esto se considera que esta práctica conlleva mayores riesgos. Por lo tanto, es muy importante el uso del condón desde el inicio hasta el final de la penetración anal.
Tres momentos que permiten una relación sexual satisfactoria. Para garantizar una adecuada penetración anal es necesario:
- Lubricación: El ano y el recto no segregan fluidos que faciliten la penetración, por esto la lubricación es fundamental en el sexo anal. Se recomienda el uso de lubricantes a base de agua para que no afecte la calidad del preservativo, también se recomienda su uso para prevenir rupturas en los tejidos internos del recto. El lubricante se usa antes de la penetración con el pene erecto o juguete sexual, y en el ano.
- La distensión implica la relajación de la musculatura anal, es decir, del esfínter anal. Se recomienda introducir lentamente un dedo o la punta del pene o juguete sexual, para ensanchar de manera paulatina y progresiva esta parte del cuerpo humano.
- El inicio de la penetración debe ser lenta para permitir que se produzca la dilatación de la musculatura anal y así evitar fisuras.
Sin lugar a dudas, el uso adecuado del condón es fundamental para una práctica sexual anal segura, así como el uso de lubricantes. En los últimos años se ha extendido la utilización de diferentes tipos de lubricantes, ya sea con efectos anestésicos que disminuyen el dolor al momento de la penetración, o hasta lubricantes que contienen aceite de CBD —componente principal del cannabis—.
Para el caso del sexo oral-anal o anilingus, se recomienda usar un campo de látex y realizar una limpieza externa del ano. Igualmente se aconseja lubricar los dedos antes de la penetración anal y evitar llevarlos luego a la boca o la vagina, y tener en cuenta que si se comparten juguetes sexuales con varias parejas es importante usar preservativo.
¿Cómo limpiarse para el sexo anal?
Algunas personas prefieren usar un enema o duchas antes de tener relaciones sexuales anales porque se sienten más cómodas y pueden evitar sensaciones (y sorpresas) indeseadas. Un enema o ducharse es una técnica a través de la cual se introducen líquidos al recto a través del ano. Se hace con el fin de vaciar el contenido intestinal, limpiar el recto y el colon y/o para suministrar medicamentos. Se le puede llamar enema tanto al procedimiento como al instrumento que se usa para llevar a cabo esta acción.
Hay varios tipos de enemas según su función: Enemas de limpieza, que son los más comunes y los que utilizarías antes de tener relaciones sexuales anales; después de usar este tipo de enema (o introducir la ducha suavemente en el ano para que un chorro de agua lo limpie), se expulsa la solución junto con materia fecal.
Atención: El uso el uso excesivo de duchas anales o enemas puede producir lesiones en la mucosa del recto, y generar un ambiente propicio para la transmisión de ITS. Introduzca los enemas con suavidad, no tan profundamente en el ano y con chorros de líquido no tan fuertes.
Riesgos de las relaciones sexuales anales:
La zona del ano y recto son sensibles y se pueden producir fisuras al momento de la penetración que pueden favorecer la entrada de gérmenes u ocasionar hemorragias. También, la mucosa del recto tiene una considerable capacidad de absorción por lo que se puede aumentar la propagación de infecciones.
De este modo, además del VIH, se pueden contagiar otras infecciones de trasmisión sexual (ITS) como gonorrea, hepatitis (A, B y C), sífilis y herpes genital —estas dos últimas se contagian debido al contacto piel con piel. Sumado a esto, cuando se practican relaciones sexuales anales sin condón se pueden propagar a través de restos de materia fecal en el recto con parásitos como la Giardia— que puede provocar infecciones en el intestino delgado y cuyo síntoma principal es la diarrea, amebas intestinales y bacterias como E. Coli..
Reducir los riesgos de VIH:
Aunque el uso adecuado del condón es la principal recomendación para las relaciones sexuales anales seguras, se pueden incluir otros hábitos para evitar la transmisión de ITS.
Para prevenir el contagio del VIH se pueden tomar medicamentos y realizar tratamientos, como:
- Profilaxis Preexposición (PrEP): Este tratamiento está indicado para personas VIH negativas con un riesgo alto de contraer VIH. El riesgo se puede reducir hasta un 90%. Adicionalmente, se deben utilizar otros métodos de prevención como el condón.
- Profilaxis posexposición (PEP): Se utilizan en situaciones de emergencia y se debe tomar dentro de 72 horas después de la relación sexual. En este tratamiento se toman antirretrovirales para prevenir una infección después de una posible exposición al virus.
También hay tratamientos como la terapia antirretroviral (TARV), que se puede usar cuando se tiene la infección, y puede reducir el virus en la sangre. Este tratamiento puede disminuir hasta un 96% el riesgo de contagio a una pareja VIH negativa.
Para finalizar, el auto-cuidado el cuidado a las parejas sexuales y contar con información accesible y veraz constituyen pasos esenciales para prácticas sexuales seguras y placenteras. La sexualidad humana constituye un amplio espectro de experiencias que pueden variar según las preferencias y elecciones de cada persona.
El sexo vaginal es divertido, pero cuando se trata de juego anal, un poco de preparación puede ayudar a mejorar la experiencia para ambos en la pareja.
Si eres la pareja receptora. Estar relajado y excitado es clave, especialmente si esta es tu primera incursión en este juego sexual. Estas son algunas ideas y otros consejos para comenzar:
- Involúcrate en algo erótico. Cuanto más excitado o excitada estés, más fácil y agradable será este juego sexual. Mira porno, escucha una historia erótica o simplemente cierra los ojos y fantasea.
- Toma un baño caliente. Un baño caliente antes del acto ayudará a relajar los músculos tensos y aumentará el flujo sanguíneo a todas las partes. Aprovecha la hora del baño para darle un buen masaje a tus zonas erógenas y acaricia tu ano mientras te lavas.
- Practica con un tapón anal. Los juguetes sexuales pueden ayudarte a hacerte una idea de cómo es el juego anal antes de experimentar con tu pareja. Tómate las cosas con calma y disfruta de la sensación del juguete antes de insertarlo.
- Consigue lubricante. No existe el exceso de lubricante cuando se trata de tu ano. No se trata solo del deleite en el acto como tal, sino de la seguridad durante el sexo anal.
Si eres tú quien va a penetrar. Concéntrate en el juego previo. Un poco de preparación puede ayudarte a lograr ese orgasmo anal:
- Prepara tus manos. Recorta y lima tus uñas para evitar lastimar la piel delicada. Las uñas cortas también significan menos suciedad y bacterias escondidas. Ya que estamos hablando de bacterias, no olvides lavarte bien las manos antes del acto. También puedes usar guantes de látex y, para mayor comodidad, inserta algunas bolas de algodón.
- Usa un condón. Los condones pueden usarse en el juguete sexual y en los dedos, así como en el pene. Si deseas usar la lengua, también puedes cortar un condón y usarlo como alternativa a un protector dental. Esto no es solo para prevenir las enfermedades de transmisión sexual (ETS), sino también para evitar lastimarse si tú o tu pareja están nerviosos.
- Anímate. Los juegos previos pueden ayudarlos a ambos a estar listos para lo que vendrá y facilitar la penetración en ese lugar especial. Tocar, besar y lamer los glúteos y el área alrededor del ano es una buena manera de comenzar.
Posiciones a probar:
Puedes hacer que cualquiera de las posiciones sexuales habituales sea agradable para el juego anal. Así es cómo se hace.
- Boca abajo:
Para que lo hagas tú mismo:
- Acuéstate boca abajo.
- Estira tu brazo detrás de ti y apóyalo sobre tu espalda.
- Alcanza tu perineo o ano con tu dedo.
- Insértalo y juega a tu gusto.
Para hacerlo con tu pareja:
- Acuéstate boca abajo con los brazos a los lados y las piernas ligeramente separadas.
- Pídele que se siente a tu lado en el lado más cómodo para él o ella.
- Pídele que acaricie tu ano con suavidad.
- De lado, una pierna al pecho:
Para que lo hagas tú mismo:
- Acuéstate de lado.
- Lleva tu pierna exterior hacia tu pecho.
- Lleva tu mano hacia tu ano.
- Tómate tu tiempo para explorar y estimularte como desees.
Para hacerlo con tu pareja:
- Acuéstate de lado.
- Lleva tu pierna exterior hacia tu pecho.
- Haz que tu pareja se siente detrás de ti para alcanzar su ano.
- Perrito:
Para que lo hagas tú mismo:
- Ponte en cuatro patas.
- Estira tu brazo entre tus piernas o alrededor de tu espalda para alcanzar tu ano.
- Masajea y penetra tan despacio o con tanta urgencia como desees.
Para hacerlo con tu pareja:
- Ponte en cuatro patas.
- Haz que tu pareja se arrodille detrás de ti para alcanzar tu ano.
- Vaca:
Para que lo hagas tú mismo:
- Coloca tu consolador, vibrador u otro juguete penetrante en el asiento de una silla u otra superficie plana.
- Siéntate como montando una silla o arrodíllate suavemente de modo que tu trasero quede flotando justo encima del juguete.
- Baja lentamente e inserta gradualmente el juguete hasta encontrar la profundidad que más te guste.
Para hacerlo con tu pareja:
- Pídele que se acueste boca arriba.
- Colócate como montando una silla sobre él, o su juguete bien posicionado, con las rodillas a cada lado de sus caderas y las manos en la cama o el suelo.
- Baja tu trasero y usa tus caderas y manos para controlar la profundidad.
Conclusión:
El trasero puede ser muy divertido y vale la pena conseguir un orgasmo anal. Incluso si no tienes uno, es probable que tengas algún tipo de orgasmo en el camino. Prepárate, ve despacio y disfruta de todo el placer que el juego anal tiene para ofrecer.
Fuente: Hello Clue / Health Line
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