Este tipo de música es de esas que suena como si tu abuela metiera un montón de clavos en una licuadora.
El noisecore o grindnoise es la definición musical de anti todo. Literalmente este género se caga en todo lo que hay. El ruido, la violencia y mandar cualquier concepto estético al carajo es la esencia de esta no música, que suena como si tu abuela metiera un montón de clavos en una licuadora. Para lo oídos sensibles y puristas, el noisecore es pura bulla –y en verdad lo es, pues su nombre lo dice– pero todo este desesperante y taladrante caos tiene un base filosófica, bastante nihilista, en la que se busca destruir cualquier propuesta y cualquier noción de armonía, melodía o belleza.
Este género se deriva del grindcore clásico, como el que tocaba Napalm Death en Scum, su primer LP. Ese que suena como un montón de gritos furiosos acompañados de guitarras y baterías saturadas y, sobre todo, veloces. El noisecore conserva la velocidad y rudeza de su antecesor, pero lo mezcla con los elementos del noise electrónico, el cual, como su nombre lo indica, usa el ruido como propuesta estética y explora la creación musical mediante el uso de unas frecuencias sonoras muy extrañas.
Es como una combinación entre la interferencia de la radio, con una alarma y una bulla electrónica similar a la que hacen las pistolas de rayos láser de las películas. Esta música viene de los conceptos creados por los futuristas italianos de principios de siglo XX, sobre todo de las ideas de Luigi Russolo, quien proponía ver la belleza en los sonidos mecánicos y cotidianos, y buscaba romper con las concepciones clásicas de música, en donde todo tiene que sonar bonito, armónico y ordenado.
Pero el noisecore lo lleva todo un paso más allá. Este género es mucho más underground que sus primos. No tiene ninguna finalidad comercial, los álbumes tienen poco tiraje, son grabados de forma casera y los conciertos son en lugares muy escondidos y tétricos. El género tiene pocos seguidores que realmente lo disfrutan y pocos exponentes que lo hacen por convicción y no como una forma de joder a la gente.
Esta “música” se caracteriza por sus canciones increíblemente cortas, muchas apenas duran unos cuantos segundos, donde solo se escuchan sonidos saturados, gritos, golpes... en fin ¡Ruido! También este género viene acompañado de un performance igual de agresivo que su propuesta sonora. La idea es mandar todo al carajo: la música, los instrumentos, el arte, el público, la raza humana… el maldito universo.
Para que entiendan de qué se trata esta locura, aquí les presentamos algunos exponentes. Preparen sus oídos para la saturación.
7 Minutes of Nausea:
Esta banda australiana se creó en 1985 y es una de las más conocidas del género. Sus canciones son similares a lo que pasa cuando estas jugando fútbol y te dan un balonazo en la cara. Un golpe seco que dura solo unos segundo pero te deja consternado. Así es la propuesta de estos tipos que llevan a un nivel completamente exagerado el concepto de canción corta. Por ejemplo, en este disco hay 249 canciones en 7 minutos.
Anal Cunt:
Pocos músicos han sido tan vale verguistas como Seth Putnam. Su irónica y negativa concepción del mundo lo convirtieron en un personaje de culto. Anal Cunt es una banda que insulta todo y cualquier cosa que dice es vulgar, obscena e incorrecta. El racismo, la misoginia, la misantropía, la homofobia son los tópicos que más utiliza este grupo que, al ritmo de hardcore más envalado del mundo, vomita encima de todo. El viejo Seth se burlaba de otras bandas, de la gente con discapacidad y tenía canciones como “Hitler Was a Sensitive Man” y “Women Nature Punching Bag”. En 2004 cayó en coma después de abusar de las drogas y el alcohol y en 2011 murió de un paro cardiaco. Todo un rock star.
Final Exit:
Los reyes del noise son los japoneses, un archipiélago donde están los mayores y mejores representantes: Merzbow, Hanatarash, Acid Mothers Temple son algunos de los nombres más destacados del denominado Japanoise, aunque todos estos pertenecen realmente al noise electrónico. Por su parte, el noisecore tiene como uno de sus mayores representantes a Final Exit, un dúo creado en 1994 que es pura locura. Su ruidosa música es perturbadoramente virtuosa. Varios de sus temas tienen ritmos jocosos inspirados en el hardcore y el grindcore y, en ocasiones, meten elementos tomados del rock y el blues. Incluso, a modo de chiste, usan cosas del pop. Por ejemplo tienen un disco tributo a Kiss.
Gore Beyond Necropsy/ Noise A Go-go's:
Otro de los duros de grindnoise japonés son este grupo formado en 1989. Lo que distingue a esta banda es que es particularmente pesada. Sus estrepitosas canciones tienen una influencia más notoria del grindcore y una agresividad que nos remite a la actitud del death metal. Es puro sabor, como darse con un martillo en la frente.
Atrofia Cerebral:
A pesar de ser una música tan extrema y underground, el noisecore se ha esparcido por todo el mundo. En los 80 hubo una especie de boom en Perú y una de las bandas más sonadas de la época fue Atrofia Cerebral, que nació en 1989 en Lima. El odio por todo lo que conforma este mundo en decadencia es el motor de esta banda que tiene un sonido desesperante que caracteriza sus canciones crudas y salvajes. Se sienten como si a uno le estuvieran enterrando mil taladros en la cabeza. Obvio, tenían que ser latinos. En dónde más se podría pensar un ruido tan violento y caníbal.
Herpes:
En Colombia uno de los grupos emblemáticos del noisecore es Herpes. Esta banda se formó en Medellín en el año 89 y en ella tocó el mítico Carlos Mario Pérez, mejor conocido como La Bruja, guitarrista de Parabellum. Si lo pensamos bien, el ultra metal y el noisecore no son tan distintos: música agresiva, ruidosa y hecha a la brava. Y aunque Herpes no sonaba tan maligno como Parabellum, sí podía ser más caótico.
Naked City:
Para los que pensaban que el jazz era música agradable nunca escucharon Naked City. Esta banda liderada por el famoso saxofonista John Zorn es la respuesta académica a todo el caos del noisecore. Naked City no es precisamente noise, pero si toma muchos elementos: La disonancia, el caos y los sonidos irritantes marcan el caótico sonido de este grupo ultra experimental y violento.
The Gerogerigegege:
De todas las bandas de noisecore está es la más demente. Para empezar, Juntaro Yamanouchi, el fundador del grupo anda desaparecido desde hace varios años. Este grupo japonés buscaba llevar las cosas al mayor extremo posible: El masoquismo, las manías sexuales, el exhibicionismo y la masturbación sobre el escenario era lo común para esta banda que se volvió una leyenda en Tokio. Se podría decir que este ha sido uno de los grupos más transgresores y llenos de misterio de la historia. Una vez sacaron un cassette que solo contenía tentáculos de pulpo. Así como lo oyen, pura carne podrida. Qué más se puede esperar de una banda de gente podrida. O mejor dicho, de unos genios podridos y perversos. Aquí les va su obra maestra Tokyo Anal Dynamite, un disco frenético que es oro entre los coleccionistas, donde lo único que se entiende es el homenaje que constantemente hace Yamanouchi a Ramones, cuando antes de cada una de las 75 canciones grita “1,2,3,4”.
Tras el lanzamiento de Saturday Night Big Cock Salaryman en 2001, el Gerogerigegege quedó inactivo. Juntaro Yamanouchi aparentemente había desaparecido, las personas que tenían tratos con Gerogerigegege no tenían idea de cómo contactarlo. Proliferaron los rumores en Internet sobre su destino. El 27 de agosto de 2013, una publicación en Twitter de 解体 義 太 夫 decía que Juntaro Yamanouchi se había puesto en contacto con él. El primer lanzamiento de Gerogerigegege en 15 años, Moenai Hai ( 燃 え な い 灰 ), fue lanzado el 20 de abril de 2016 por Eskimo Records, Japón.
Para cerrar este artículo, les regalamos la cereza sobre el pastel, el material audiovisual de una de las performance's mas recordadas de The Gerogerigegege:
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