Existieron diversas manifestaciones como las ocurridas en Londres, Berlín y Los Ángeles contra las medidas de confinamiento, y lo que se notó fue que atrajeron tanto a los seguidores de la New Age como a los grupos con ideologías políticas extremistas.
Hemos visto esta superposición con la teoría de la conspiración de más rápida difusión:
Qanon, que insiste en que una pléyade malvada de celebridades de Hollywood y políticos liberales (liderados por Tom Hanks y Hillary Clinton) son satanistas devoradores de niños que controlan el mundo. Afortunadamente, una fuente secreta del gobierno llamada Q (que deja comentarios crípticos en la web 8Chan) está reuniendo un ejército patriota para luchar y apoyar a Donald Trump, que sería como una especie de genio enviado por Dios para derrotar a la conjura malvada y dar paso a una nueva era de amor.
Esta teoría de la conspiración, que sería una excelente trama cinematográfica, es sorprendentemente popular en todo el mundo y está empezando a influir en la política estadounidense, hasta el punto de que el Congreso está debatiendo ahora un proyecto de ley bipartidista para condenarla. Y el culto a Qanon ha demostrado ser popular tanto con los Nacional-Socialistas como con los ‘influencers’ de la New Age (aquí hay un excelente episodio de podcast sobre cómo Qanon canaliza a los de la Nueva Era hacia el pensamiento de la Nacional-Socialistas).
Algunos se asombran de que los hippies de la Nueva Era puedan tener alguna coincidencia con la política de conspiración extremista. Pero sucede. Esta semana, quiero revisar otro período en el que la Nueva Era se solapó con la ideología de los extremistas políticos, con consecuencias desastrosas para el mundo: la Alemania en los años 20 y 30.
- El fascismo y el ocultismo:
Después del trauma de la derrota en la Primera Guerra Mundial y la desesperación de la Gran Depresión, Alemania experimentó un gran resurgimiento del ocultismo. Los alemanes recurrieron a soluciones mágicas para sus problemas, y eso llevó a la «cultura oculta» a la cultura dominante.
La cultura ocultista es una especie de batiburrillo de ideas mágicas y alternativas –medicina alternativa, espiritualidad ecléctica, misticismo natural, ecología, magia, drogas, teorías de conspiración y en ocasiones política radical–. La cultura oculta no es necesariamente mala, pero puede ser un caldo de cultivo para la política milenarista y a veces extremista.
El nazismo surgió de esta cultura oculta, que en las décadas de 1920 y 1930 Alemania adoptó un color muy nacionalista o ‘Volkisch’: teorías ocultas mezcladas con mitos nacionalistas, anti-democráticos y racistas, como lo están haciendo de nuevo hoy en día.
Los líderes nazis como Heinrich Himmler y Rudolf Hess estaban muy involucrados en la Nueva Era / espiritualidad oculta. Leyendo sobre el tipo de cosas locas en las que andaban metidos, resulta difícil creer que consiguieran tomar el poder y dirigir un país (por otra parte, el equipo de Trump incluía a Steve Bannon, un tipo cuyo filósofo favorito es el pensador ocultista Julius Evola, también popular entre los fascistas de los años 30).
Aquí hay algunas de los asuntos de la Nueva Era en las que estaban interesados los nazis:
- Astrología: Las dos organizaciones astrológicas más grandes de Alemania apoyaron al partido nazi, al igual que Erik Jan Hanusson, el principal astrólogo del país. El régimen nazi también aprobó una Comunidad de Trabajo de Astrólogos Alemanes. Rudolf Hess y Himmler estaban obsesionados con la astrología; Himmler contrató a varios astrólogos para tratar de encontrar a Mussolini cuando el líder italiano desapareció. Los nazis también crearon un «grupo de trabajo de investigación cosmo-biológica» dentro de la Cámara de Cultura del Reich de Goebbels. A Goebbels le fascinaban las profecías de Nostradamus, que, según él, profetizó el éxito nazi. Organizó campañas de propaganda para difundir estas profecías en los países enemigos.
- La radiestesia / la adivinación: Los nazis apoyaron una organización llamada Sociedad para la Investigación Científica del Péndulo (GfWPF) para explorar la radiestesia usando un péndulo. En 1934, Hitler contrató al radiestesista más famoso de Alemania, von Pohl, para vigilar la Cancillería del Reich en busca de rayos mortales nocivos. El capitán del submarino alemán Hans Roeder creó un Instituto del Péndulo para intentar ayudar a la Marina alemana a ganar la guerra en el Atlántico. Cada día, los radioestesistas eran obligados por las SS a situarse «con los brazos extendidos sobre las cartas náuticas» por si el péndulo hacía el más mínimo movimiento. No funcionó.
- Líneas Ley: La SS de Himmler llevó a cabo una extensa investigación sobre las energías geománticas subterráneas y las líneas Ley. Algunos proyectos incluyeron «Círculos Atlánticos-Germánicos», «Triángulos del Espíritu» y el «Pentagrama Ario».
- Medicina alternativa: Hitler, Hess, Himmler y muchos otros de los principales nazis eran seguidores de la medicina alternativa, las dietas orgánicas y vegetarianas, la homeopatía, el anti-vacunación y la curación natural. Hess, adjunto al Führer, abrió un centro de prácticas médicas alternativas en Dresde en 1934. Mientras tanto, Himmler apoyó la medicina alternativa –como el uso de extractos de plantas para curar el cáncer– y autorizó experimentos con prisioneros en campos de concentración para esta investigación.
- Parapsicología: El primer instituto dedicado a la investigación de la parapsicología –el Instituto Paracelsus– fue creado bajo los nazis, en la Universidad del Reich de Estrasburgo fundada por los nazis. Los nazis también crearon un Instituto de Guerra Oculta.
- Integridad / Holismo / Tierra entera / Eco-fascismo: Los nazis, como muchos otros alemanes, estaban fascinados por el holismo, por la idea de «totalidad» para el individuo y para la sociedad –como una forma de sanar las divisiones causadas por el racionalismo, el materialismo, el industrialismo y la derrota militar. Esta búsqueda de la integridad les llevó a una especie de holismo ambientalista temprano– aprobaron la legislación para proteger los bosques y los ríos, y se movilizaron para prohibir los experimentos con animales (al tiempo que autorizaban los experimentos con los prisioneros de los campos). Los verdes de hoy que piensan que todo lo que necesitamos para salvar el mundo es un «cambio de paradigma» hacia una visión ecocéntrica del mundo, deberían darse cuenta de que se puede tener esa visión y ser un fascista alemán. En palabras de Ernst Lehmann, un profesor nazi de botánica: «Reconocemos que separar a la humanidad de la naturaleza, de toda la vida, lleva a la propia destrucción de la humanidad y a la muerte de las naciones. Sólo a través de una reintegración de la humanidad en la totalidad de la naturaleza puede nuestro pueblo hacerse más fuerte… Este esfuerzo por conectar con la totalidad de la vida, con la naturaleza misma, una naturaleza en la que nacemos, es el significado más profundo y la verdadera esencia del pensamiento nacional socialista». Esta eco-bio-política, en la que los humanos son un animal como cualquier otro, llevó en el caso de los nazis a la eugenesia, como con cualquier otro animal, los especímenes débiles y enfermos deben ser matados, y las razas superiores (es decir, la raza aria) deben ser protegidas contra las especies invasoras (judíos). Los nazis también eran grandes aficionados a la agricultura orgánica y a la agricultura bio-dinámica de Rudolf Steiner, que veía la agricultura como una comunión mística con la tierra y sus espíritus/energías. Varios de los principales nazis apoyaron esta teoría, y Himmler autorizó experimentos con ella usando el trabajo de los esclavos en los campos de concentración. También promovieron formas de naturaleza-mística y de adoración de la naturaleza, así como la promoción de ritos paganos pre-cristianos como los festivales del solsticio. Para saber más sobre el eco-fascismo de los nazis, lea esto.
- Drogas psicoactivas: El gobierno nazi patrocinó la investigación sobre el uso de drogas psicoactivas para mejorar el rendimiento de los soldados y respaldó el uso generalizado de la metanfetamina por parte de los soldados para mantener la moral alta. También fue el primer gobierno en respaldar la investigación psicodélica, experimentando con mescalina en los internos de los campos para ver si podía ser usada para quebrantar su voluntad.
- Teorías ocultas: Muchos nazis fueron influenciados por variantes de la Teosofía, una «ciencia espiritual» oculta que surgió a finales del siglo XIX, y que planteó una teoría espiritual de la evolución, en la que el progreso espiritual de los humanos es guiado por «maestros ocultos» a través de las sucesivas razas. La Teosofía también fue popular entre los progresistas, pero sus aspectos raciales y autoritarios atrajeron a los de la derecha. Los nazis se sintieron atraídos por las variedades alemanas de la Teosofía, como la Ariosofía y la «Teoría del Mundo de Hielo», que eran anti-democráticas, y que veían a la raza aria como superseres espirituales, encerrados en una guerra cósmica con las razas sub-humanas. Estas teorías sugerían que otras razas, como los tibetanos o la clase brahmán en la India, eran realmente arios –y Buda era en realidad un «nórdico» de pelo rubio–. Esto dio a los nazis una licencia para satisfacer su fascinación por las religiones orientales. Himmler siempre llevaba consigo una copia del Bhagavad Gita y animaba a sus oficiales de las SS a practicar el yoga, viéndolos como los descendientes modernos de la casta guerrera india. También envió una expedición al Tíbet para conocer al Dalai Lama y explorar la magia tibetana. Hitler vendiendo su fantasía de la supremacía alemana. Se desmoronó rápidamente al entrar en contacto con la realidad, pero eso no le impidió llevar a Alemania a una espiral de muerte.
- Hitler como Gurú: Si todo esto hace que los nazis parezcan un culto de la Nueva Era, entonces Hitler fue su gurú autoritario. Era un lector entusiasta de textos sobre magia y ocultismo, como el libro de Ernst Schertel de 1923, Magia: Historia, Teoría, Práctica, en el que Hitler subraya pasajes como: «El hombre con la mayor fuerza de imaginación manda en el mundo y crea realidades según su voluntad en lugar de ser esclavo de un empirismo insustancial y sin cuerpo». [Esto me recuerda a Trump, un fanático del movimiento oculto Nuevo Pensamiento, en el que la realidad es lo que quieras que sea]. Numerosos alemanes compararon a Hitler con un mago, un hipnotizador, un hombre-medicina, que hechizaba a sus oyentes en sus discursos. Un alemán, Kurt Ludecke, recuerda que después de escuchar a Hitler, su «facultad crítica fue barrida por la intensa voluntad del hombre… experimenté una exaltación que sólo podría compararse con una conversión religiosa. Estaba seguro de que nadie que hubiera escuchado a Hitler esa tarde podría dudar de que era un hombre de destino, la fuerza vitalizadora en el futuro de Alemania». Sus seguidores atribuyeron a Hitler poderes ocultos de instrospección, profecía e infalibilidad, como los seguidores más fanáticos de Trump sugieren que está jugando al «ajedrez en 4 dimensiones», de modo que incluso sus mal deletreados tuits contienen sabiduría oculta. De hecho, Hitler fue completamente incompetente en la gestión de la guerra, rechazando la experiencia y confiando en su propia intuición supuestamente infalible, decidió invadir Polonia después de ver la aurora boreal y tomarla como un presagio. Como en el caso de Trump, esta ignorancia mágica enfureció a sus generales y costó muchas vidas (en el caso de Trump, hasta ahora, decenas de miles, en el caso de Hitler, muchos millones). Al igual que otros gurús, Hitler era un narcisista maligno, dispuesto a llevar a toda la nación a la muerte y la destrucción en lugar de retroceder y admitir que sus profecías mágicas de un Reich de mil años eran una fantasía.
- Teorías de conspiración y la batalla cósmica entre Nosotros y Ellos: En definitiva, Hitler y sus compañeros nazis vendieron al pueblo alemán una fantasía sobrenatural simplista y una teoría conspirativa, en la que todos sus problemas eran causados por una élite global oculta de monstruos / vampiros / demonios –es decir, los judíos– pero los mágicos guerreros de la luz del partido nazi los derrotarían en una batalla cósmica, dando paso a una edad de oro de paz y amor. Los nazis se tragaron las teorías de conspiración, como los Protocolos de los Sabios de Sión, que Hitler creía genuinos, pero que fueron escritos y difundidos por la inteligencia rusa alrededor de 1900, para fomentar el sentimiento anti-judío.
¿No te recuerda esto a Qanon? Todos nuestros problemas son causados por una élite satánica oculta, no una raza, esta vez, sino una confabulación secreta formada por liberales demoníacos de Hollywood, el Partido Demócrata y el Estado Profundo. En la oscuridad, realizan sus monstruosos rituales de sangre en los niños. Pero Trump, Q y algunos otros héroes derrotarán a estos monstruos, liberarán a la humanidad esclavizada y darán paso a una gloriosa era de paz y amor. Pero para que eso suceda, la democracia debe ser suspendida y debe haber un horrible derramamiento de sangre y una retribución. «Ahora viene el dolor», como dicen los seguidores de Qanon. Una purga sangrienta es necesaria. Los demonios deben ser exorcizados. Sólo entonces habrá por el amor y la unidad. Cualquier información anti-Trump es plantada por la «prensa mentirosa» (un término favorito de los Nazis).
Es un culto de la muerte al estilo del Fin de los Días, como Isis, como el nazismo, como la adoración de Jim Jones. Está radicalizando a la gente y arruinando sus vidas a través de las redes sociales, gente que puede que sean vecinos tuyos, como esa mujer de Texas arrestada por atropellar a varios transeúntes en su coche porque aseguró que eran pedófilos. Su perfil de Facebook estaba lleno de mensajes de Qanon sobre satanistas que trafican con niños. La han puesto en la picota, y ahora va a ir a la cárcel.
No está claro quién está detrás de los mensajes de Q. Una buena teoría es la de Jim Watkins, el dueño de 8Chan, donde se publican los mensajes de Q (si fueras un topo de estado profundo, ¿publicarías en un foro utilizado principalmente para compartir ‘hentai’?) Quienquiera que sea, los aliados de Trump, como el general Michael Flynn, lo han apoyado abiertamente, y Trump, cuando se le preguntó sobre ello, dijo que los Qanoners eran patriotas. Este es un movimiento condenado por el FBI por fomentar el terrorismo interno. Es una fantasía delirante, difundida con entusiasmo por los troles del estado ruso, que amenaza la democracia occidental. Cualquier republicano en su sano juicio debería condenarlo, y si un amigo publica material Q en los medios sociales, háganle saber a dónde lleva este sendero. Puede que no lleguen hasta el final de ese camino, pero pueden ayudar a otros a hacerlo sin querer.
Sin embargo, no debemos engañarnos pensando que este tipo de pensamiento mágico tóxico sólo ocurre en Socialismo Nacional. También puedes encontrar tintes de esta mentalidad en la extrema izquierda, en la totalización de las narrativas de Nosotros contra Ellos como la idea de que todos los blancos son racistas, o que todos los hombres odian a las mujeres, o teorías de conspiración de que una confabulación secreta de Gran Dinero (es decir, los Judíos) está destruyendo el planeta. Black Lives Matter tiene en su corazón una demanda eminentemente justa y razonable, la policía americana debería tener menos gatillo en su labor policial, particularmente de las comunidades negras. Pero también ocasionalmente se convierte en pensamiento ocultista y caza de brujas, particularmente entre los liberales blancos, donde a menos que adoptes la terminología correcta, leas los libros correctos, hagas la confesión ritualista correcta de tu racismo latente, eres malvado.
Como en la Alemania de Weimar, hay un renacimiento general del ocultismo en este momento, feministas ocultistas, antirracistas ocultos, ecologistas ocultos… La fe, la magia y la espiritualidad pueden infundir muchas formas de política. Pero lo extático debe ser equilibrado con lo pragmático, lo racional, y con el respeto a la ley y al proceso democrático.
No estoy afirmando que la espiritualidad de la Nueva Era lleve inevitablemente a la política extremista. Hay muchos liberales centristas de la Nueva Era, que están abiertos a experiencias extáticas y a la metafísica no materialista, y también al pensamiento crítico y a los procesos democráticos. Yo mismo trato de lograr ese equilibrio.
Lo que estoy diciendo es que no deberíamos estar desconcertados por la actual superposición entre la Nueva Era y el pensamiento conspirativo extremista. Ya ha sucedido antes.
Fuente: Strambotic
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