La imagen de Satanás como cenáculo de todos los males ha sido labrada por el cristianismo, necesitado como está de un antagonista para Dios, encarnación de todo lo que es bueno, alegre y próspero. Sin embargo, esta imagen estereotipada y maniquea empieza a quebrarse con "El Paraíso Perdido", el poema de Milton en el que Satanás aparece retratado como «un héroe rebelde que se alza contra la tiranía del orden establecido, y que si bien falla en el intento, al menos tiene la osadía de hacerlo».
"El Paraíso Perdido" sienta las bases del satanismo moderno, como reconocen los seguidores del Príncipe de las Tinieblas que aparecen en el estupendo documental "Hail Satan?", que acaba de estrenar Filmin. Los fieles del Templo de Satán no se dedican en sus ratos libres a sacrificar bebés ni a besar el culo de un macho cabrío (como creen y, en algún punto, desean los católicos) sino que tratan de crear un espejo deformante en el que reflejar la omnipresencia de los símbolos religiosos (cristianos) en las instituciones -teóricamente laicas- de Estados Unidos.
Por ejemplo, no es infrecuente que a la entrada de edificios públicos se levante un monumento a los Diez Mandamientos. El documental desvela que la mayoría de esos monumentos, lejos de ser tradicionales, fueron erigidas durante los años 50, como parte de una campaña de promoción de la película "Los Diez Mandamientos", dirigida por Cecille B. DeMille y protagonizada por Charlton Heston. Fue en esa década, y como subproducto del "macartismo" y la guerra fría contra el comunismo, que Estados Unidos se impregnó de un fanatismo religioso que hasta entonces era marginal.
Pero lo cortés no quita lo valiente. Estados Unidos puede ser un país mesiánico, pero, a pesar de todo, sigue siendo una democracia. La mejor prueba es cómo, amparados por la libertad religiosa reconocida por la Constitución, el Templo de Satán consigue construir una estatua de Bafomet (un icono hereje del medievo europeo) a la entrada del Capitolio de Arkansas, un épico logro que está narrado en el documental.
Como no podía ser de otra forma, los Diez Mandamientos que bajó Moisés/Heston del monte Sinaí tienen su réplica satánica, pero no son diez sino siete y no son mandamientos -el Templo Satánico es, por definición, anti-autoritario y anti-dogmático- sino “principios”. Son los siguientes:
Los Siete Principios Fundamentales:
- Actúa con compasión y empatía hacia todas las criaturas de acuerdo con la razón.
- La lucha por la justicia es una búsqueda permanente y necesaria que debe prevalecer sobre las leyes y las instituciones.
- El cuerpo de cada uno es inviolable, y está sometido únicamente a la propia voluntad.
- Las libertades de los demás deben ser respetadas, incluida la libertad de ofender. Coartar voluntaria e injustamente las libertades de otro es renunciar a las propias.
- Las creencias deben ajustarse a la mejor comprensión científica del mundo. Hay que procurar no distorsionar nunca los hechos científicos para adaptarlos a las propias creencias.
- Las personas son falibles. Si uno comete un error, debe hacer todo lo posible para rectificarlo y resolver cualquier daño que haya podido causar.
- Cada principio es una guía diseñada para inspirar la nobleza en la acción y el pensamiento. El espíritu de compasión, sabiduría y justicia debe prevalecer siempre sobre la palabra escrita o hablada.
¿Qué es el Templo Satánico? ¿Son un conjunto de trolls? ¿Son fans del black metal reciclados? Según Miguel Pastor, experto en satanismo:
En realidad se trata de un grupo religioso y activista, algo muy visto en EE.UU., que usa el humor y la provocación como arma.
Fuente: Strambotic
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