Su nombre, Koh-i-Noor (Kohinoor o Koh-i-Nur) significa “Montaña de Luz”, pesaba 186 quilates y tenía un irregular corte ovalado que lo hacía el diamante más alargado conocido.
Actualmente tiene 105,6 quilates, tratándose igualmente de uno de los diamantes más grandes del planeta, el diamante es propiedad de la Corona Británica y se conserva en la Torre de Londres, junto a la corona de San Eduardo y los cetros soberanos.
La historia del diamante Koh-i-Nûr está impregnada de mitos y anécdotas con las que se ganó la reputación de traer mala suerte a los hombres (pero no a las mujeres). Llegó a manos de la reina Victoria en 1849 y, tras cortarlo, fue engarzado en la corona de la reina madre.
La versión oficial extendida por el Reino Unido afirma que el Koh-i-Noor fue un “regalo de Estado” a la reina Victoria, pero la historia real es muy diferente a la par que intrigante.
Las leyendas del diamante que se contaban en Europa:
Por Europa circulaba un libro sobre la historia del Koh-i-Nûr. Según el relato un viejo sij afirmaba que había varias versiones acerca del origen de la joya:
- La Primera Leyenda: Los ojos de Sri-Ranga. La más creíble de las historias para el viejo sij es que el Koh-i-Nûr era originalmente uno de dos diamantes gemelos excepcionalmente grandes, insertados en los ojos de Sri-Ranga, un ídolo, cuya casa estaba en un templo en Mysore. Lo que pasó con el otro ojo de Sri-Ranga nadie lo sabe; pero tras conocer la leyenda, joyeros británicos afirmaron que el gemelo del Koh-i-Tûr podría ser el Orlov, que ahora está en la indumentaria imperial rusa.
- Segunda Leyenda: La batalla entre semidioses. Esta historia se remonta al año 1304, según el viejo sij del relato. En un campo cercano a Lahore había ocurrido un duelo entre dos semidioses, uno de los cuales llevaba el diamante en su brazalete. Este último cayó en la batalla, y cuando se recuperó su cadáver se descubrió que le faltaba el brazo derecho. Se organizó una búsqueda para encontrar el brazo, descubriéndose un pequeño montículo en el suelo en donde, al excavar, se encontró el brazalete, enriquecido con los diamantes. Quedando en posesión de los rajás de Lahore lo que les trajo una época de sangre y fuego contra los mongoles.
- La Tercera Leyenda: El Mahâbhârata. Otra leyenda, contada por los hindúes afirmaba que fue encontrada en el lecho de un río hace 5,000 años, y que Carna, Rajah de Anga, uno de los héroes del Mahâbhârata, la había usado como un talismán.
Los propietarios del Koh-i-Noor
- Shah Jahan, emperador mogol. La historia documentada más extendida, ya no legendaria, del origen de este diamante nos lleva a 1628, cuando Shah Jahan, un gobernante mogol, ordenó la construcción de un nuevo trono en el que mandó engarzar numerosas gemas y piedras preciosas. Entre ellas estaba este espectacular diamante que se colocó en un pavo real (que daba nombre al trono). Algunas fuentes afirman que se puso a modo de corazón y otras aseguran que existía una pareja de este diamante y que juntos formaban los ojos de este ave. El trono de Shah Jahan tardó siete años en construirse, costando cuatro veces más que el Taj Mahal, que también estaba en construcción.
- Nader Shah, sah de Persia. Pero la ostentosidad del Imperio mogol a lo largo de los años se extendió por el mundo y sus riquezas llamaron la atención de los reinos vecinos. En marzo de 1739, el emperador persa Nader Shah atacó Delhi. Incontables vidas se perdieron cuando los hombres de Nader saquearon la ciudad, arrasando con todo lo que encontraban a su paso. Nader Shah aceptó retirarse a cambio de las llaves del tesoro real llevándose incluso el Trono del Pavo Real que, a partir de entonces, sirvió como símbolo del poder imperial persa. Nader se llevó consigo los diamantes Koh-i-Noor y Darya-ye Noor (que significa “mar de luz”). Las tropas persas salieron de Delhi a principios de mayo de 1739 con miles de elefantes, caballos y camellos, cargados con el botín que habían recogido. Aquel botín tomado de la India fue tan grande que Nader no cobro impuestos en Irán por un período de tres años después de su regreso. Fue Nader en persona el que retiró el diamante Koh-i-Noor del trono para luego ordenar que hicieran un brazalete con él. Fue la primera vez que el diamante llegaba a manos de alguien por el camino de la sangre. Cuentan que a partir de eso, Nader, contrajo una extraña enfermedad que le volvió cada vez más cruel y estableció una política recaudatoria asfixiante para pagar sus campañas militares. Nuevas revueltas estallaron y Nader las aplastó sin piedad, construyendo torres con los cráneos de sus víctimas. Nader Shah fue asesinado el 20 de junio de 1747, en Quchan, por su propia guardia. Sus sucesores sufrieron todos revueltas internas y muertes atroces. Incluso se llegó a desenterrar el cadáver de Nader en presencia de su nieto para encontrar el diamante, ya que éste afirmaba no poseerlo, finalmente confesó bajo tortura antes de morir. El que le arrebató el diamante fue Aga Mohamed Khan Kayar, que morirá también asesinado hacia 1797 perdiéndose aquí su pista documental hasta 1813. La historia de la maldición del diamante se recrudece en esta época, os animo a que leáis las historias de los sucesores de Nader Shah, porque son muy de “Juego de Tronos”. Como hemos dicho, el diamante pasó por las manos de varios gobernantes entre sangre y odio, incluidos varios reyes que cegaron a sus predecesores y otro a su propio hijo, además de un gobernante al que le arrebataron la joya y cuya cabeza fue afeitada y al que se le “hizo” una corona con oro fundido.
- La llegada de los ingleses. Los británicos llegaron en aquellos momentos de agitación e incertidumbre de los territorios asiáticos. Y comenzaron a explotar esa situación a fin de obtener el control sobre la India y sus territorios vecinos. A principios de 1800, la British East India Company expandía su influencia a golpes de sobornos o de campañas militares. Los británicos sabían de la existencia del Koh-i-Noor y planeaban reclamarlo, junto a otras joyas, como propiedad legítima de la India, es decir, suya.
- Ranjit Singh y el Imperio Sij. En 1813, el diamante llegaba a las manos del poderoso fundador del Imperio Sij: Ranjit Singh. Lo curioso de este personaje es que vio en la joya algo más que belleza y valor monetario, quiso ver en el diamante una especie de poder espiritual y místico que recrudeció el interés británico todavía más. Ranjit, conocido como "el león del Punyab", presentó la joya como la encarnación del pueblo y del país de los Sij y la llevaba siempre puesta en su brazo derecho como hacían muchos otros nobles indios, con dominios, de la época. Según los cronistas de la corte estaba obsesionado con “su tesoro”, otra referencia pop de la actualidad que nos lleva a pensar en el famoso anillo de “El Señor de los Anillos”, una joya para gobernarlos a todos, pero que también te llevaba a las tinieblas. El Imperio Sij, surgido tras la disolución del ejército confederado de punyab formado por diferentes Misl o Estados Soberanos Sij se fundó hacia 1801 creando un poderoso Estado unificado al noroeste de la India. Pero a la muerte de Ranjit Singh en 1839, el Imperio entró en un colapso interno siendo aprovechada la situación por el Imperio Británico en lo que se conoció como las guerras anglo-sijes. El Imperio sij quedó disuelto y su territorio se repartió entre la Corona Británica (Estado de Punyab) y varios Estados principescos.
- Los británicos reclaman el Koh-i-Noor. Tras la conquista de Punyab y la firma del tratado de Lahore (1849), el esfuerzo británico para reclamar el Koh-i-Noor se intensificó ya que lo reclamaban como parte esencial del territorio que estaba bajo su poder. Para los británicos, ese símbolo de prestigio y poder era irresistible. Si pudieran poseer la joya, así como el propio país, simbolizaría su poder y superioridad colonial. Era un diamante por el que valía la pena luchar y matar. Fue en ese momento, tras este otro período tumultuoso para la India, que el hijo menor de Ranjit, un niño de 10 años llamado Duleep Singh sería nombrado heredero al trono del Imperio Sij, por lo tanto legítimo propietario de aquella “joya de estado”. Entonces, los ingleses, encarcelaron a la madre de Duleep y le obligaron a firmar una modificación al Tratado de Lahore, que requería que Duleep regalara el Koh-i-Noor y renunciase a su derecho al trono en favor de la Corona Británica.
- El Koh-i-Noor llega a manos de la Reina Victoria. Por primera vez en siglos, el diamante abandonó el continente asiático y fue llevado hasta las manos de la propia Reina Victoria. El diamante se exhibió al público británico en una exposición en 1851, quedando la gente muy decepcionada con su apariencia, después de escuchar y leer tantas historias de lo hermosa y poderosa que era aquella joya. Poco después de esto, el Príncipe Alberto, decidió que el diamante se cortara y puliera una vez más, haciéndolo más brillante pero también reduciendo a la mitad su tamaño.
El diamante en la actualidad:
Hoy en día, el diamante se encuentra en la Torre de Londres, al otro lado del mundo de su hogar original, la India. Se ha sacado y exhibido en ciertas ocasiones especiales, pero no se ha visto desde 2002 (funeral de Isabel Bowes-Lyon).
La historia británica está llena de innumerables casos de saqueo de valiosos objetos, reliquias sagradas, obras de arte y otros tesoros de gran importancia para otras naciones. Algunos incluso regresaron a sus legítimos dueños. Pero, en este caso, no hay deseo ni sentido de obligación por parte de la familia real británica de devolver el diamante a la India.
Según Jane Milosch, del Smithsonian, las colecciones poscoloniales son un tema muy candente para los historiadores, museos e instituciones de todo el mundo. ¿Quién decide qué es o no un reclamo legítimo? pero también hay que entender que todo ha cambiado, ya que el diamante lo reclama la India, Pakistán e incluso los talibanes de Afganistán ¿Quién decide a quién pertenece? No es tarea sencilla.
Fuente: El Reto Histórico
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