Comprendo que los sentimientos jamas correspondidos pueden convertirse en algo obsesivo, una de esas sensaciones que te ofrecen un vacío tal, que la vida se transfigura en la inutilidad ilógica que no te deja respirar. Esta dolorosa pasión es el alma en pena de un muerto que se niega a despedirse, el Dybbuk que con sutileza te posee, y que bajo cualquier escusa te mantiene siempre atado a aquella persona mediante un olor, un color o una canción. Quizá pueda parecer anticuado, ya que el tiempo sufrido es una etapa perdida. En cualquier caso, esta realidad no deja de ser un dolor real, y termina por convertirse en algo tan fuerte como una daga clavada en el alma.
Generalmente, las vivencias dolorosas de nuestra infancia se convierten en heridas emocionales que no terminan de cicatrizar y que influyen en nuestro presente de una forma abrumadora. Las relaciones de pareja y, especialmente las rupturas, son tremendos activadores de los mayores miedos que aún guardamos en nuestro interior. Es por ello que, en el amor no correspondido, no solo sentimos la pérdida presente sino que revivimos todas las lesiones pasadas.
Cuando la persona que amas decide marcharse se vuelve a experimentar el abandono. Cuando no somos correspondidos revivimos el rechazo, la humillación y la traición. Nos sentimos de nuevo indefensos, insuficientes, desesperanzados. La negativa del otro despierta nuestros demonios internos con renovada fuerza. De esta forma es sencillo comprender que el dolor no proviene solo de lo que está ocurriendo, si no de todo lo malo que nos ocurrió en el pasado y que no fuimos capaces de asimilar.
La euforia y plenitud que se siente mediante este enamoramiento fallido debe detenerse, es necesario que seamos capaces de normalizar nuestros niveles. Ser adicto a dichas emociones nos sumerge en un estado de ansiedad, tristeza y necesidad de reencontrarnos con la fuente de nuestro angustioso placer. ¿Estás ahí afuera? ¿No deseas escuchar? ¿Cuántos momentos y cosas verdaderas has desaprovechado? ¿Cuántas oportunidades has desperdiciado? Déjalo ya, afronta la realidad, y empieza a vivir.
No te quedes a vivir en la incertidumbre. Por respeto y consideración contigo mismo, no permitas que la ambigüedad se instale en tu vida. Si te encuentras en esta situación, corta el contacto con la otra persona durante un tiempo, sana tus heridas emocionales, trabaja tu autoestima, empodérate, ocúpate de ti. Ámate lo suficiente como para que no necesites a nadie mas para ser feliz. Recuerda que el amor no correspondido no dice nada negativo sobre tu persona. La atracción y el amor fluctúan por muy diversos motivos y el fin de una relación en absoluto implica el fin de tu valía personal.
Antes de terminar, es importante que tengas presente que el amor verdadero saca lo mejor de ti, te hace una mejor persona cada día. Este amor funciona como una empresa, y para que se posicione en el mercado, debemos dejar de poner a las personas en un pedestal y comenzar a verla como realmente son. Nadie es lo suficientemente perfecto o bueno. Vivir obsesionado con alguien nubla el juicio, inhibe la creatividad, te desvincula de la personalidad, y hace que lo verdaderamente importante en la vida quede sepultado. Recuerda que la vida siempre continúa, es mejor que des un vuelco e inviertas tu tiempo en algo que sea de más provecho.
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