Hisashi Ouchi era un técnico que trabajaba en una instalación nuclear propiedad de JCO, una compañía japonesa de conversión de combustible nuclear, conocida como Tokaimura. Tenía 35 años cuando ocurrió un desastre que lo expondría a la mayor cantidad de radiación a la que cualquier humano haya sido expuesto en la historia. La cual fue responsable de una muerte espantosa.
El 30 de septiembre de 1999, uno de los peores accidentes nucleares del mundo ocurrió en una instalación al noreste de Tokio en Tokaimura. El accidente ocurrió cuando dos trabajadores, Hisashi Ouchi y Masato Shinohara estaban vertiendo una solución de óxido de uranio en ácido nítrico en un tanque de sedimentación utilizando baldes.
Se llegó al punto de criticidad cuando los técnicos agregaron un séptimo cubo de una solución acuosa de nitrato de uranilo al tanque. La reacción en cadena de la fisión nuclear se volvió auto-suficiente y comenzó a emitir intensa radiación gamma y de neutrones.
En el momento del evento, Ouchi tenía su cuerpo sobre el tanque mientras Shinohara se paraba en una plataforma para verter la solución en él. Untercer empleado de apellido Yokokawa estaba sentado en un escritorio a cuatro metros de distancia.
Los tres técnicos observaron un destello azul (posiblemente radiación de Cherenkov) y sonaron alarmas de radiación gamma. Los técnicos Ouchi y Shinohara experimentaron inmediatamente dolor, náuseas, dificultad para respirar y otros síntomas.
Ouchi comenzó a vomitar en la sala de descontaminación unos minutos más tarde y perdió el conocimiento poco después. Los productos de fisión como el itrio-94 y el bario-140 comenzaron a contaminar el edificio. La criticidad continuó de manera intermitente durante aproximadamente 20 horas.
A la mañana siguiente, los trabajadores detuvieron permanentemente la reacción al drenar el agua de una camisa de enfriamiento que rodea el tanque de precipitación. Hisashi Ouchi recibió más del doble de la dosis letal de radiación.
Ouchi, siendo el más cercano al tanque, fue alcanzado con 17 sieverts de radiación. Esta es posiblemente la dosis más alta de radiación que cualquier humano haya experimentado. Shinohara recibió 10 sieverts mientras que Yokokawa recibió 3 sieverts. En ese momento, Japón limitaba la exposición de los trabajadores a la radiación a 50 milisieverts (0.05 sieverts) al año. 8 sieverts se considera una dosis letal de radiación.
Al llegar al hospital de Mito, la piel de Ouchi estaba roja e hinchada, pero mostraba pocos signos externos de su condición. Entonces los médicos comenzaron a analizar sus cromosomas. Se habían “roto como el cristal”, no podían ser identificados ni arreglados.
Sin cromosomas, sus células no podrían regenerarse y su cuerpo no podría sanar. Su recuento de glóbulos blancos fue 0. Se estimó que la cantidad de radiación que experimentó el cuerpo de Ouchi fue similar a la del epicentro de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima. La radiación destruyó su ADN y su sistema inmune.
Efectos de las dosis de radiación en los humanos:
Esta tabla contiene los síntomas en los humanos a causa de la radiación acumulada durante un mismo día:
- 0 – 0,25 Sv: Ninguno
- 0,25 – 1 Sv: Algunas personas sienten náuseas y pérdida de apetito, y pueden sufrir daños en la médula ósea, ganglios linfáticos o en el bazo.
- 1 – 3 Sv: Náuseas entre leves y agudas, pérdida de apetito, infección, pérdida de médula ósea más severa, así como daños en ganglios linfáticos, bazo, con recuperación probable.
- 3 – 6 Sv: Náusea severa, pérdida de apetito, hemorragias, infección, diarrea, descamación, esterilidad, y muerte si no se trata.
- 6 – 10 Sv: Mismos síntomas, más deterioro del sistema nervioso central, muerte muy probable.
- Más de 10 Sv: Parálisis y muerte.
Hisashi Ouchi y su terrible final:
- Día 6: Ouchi fue colocado en una habitación estéril en el Hospital de la Universidad de Tokio. Necesitaba un trasplante de células periféricas (esto nunca se había hecho antes) para poder comenzar a generar glóbulos blancos nuevamente. Su hermana resultó ser compatible y donó las células para trasplante. Después de una semana en el hospital, comenzó a mostrar signos externos de enfermedad por radiación. Su piel comenzó a desprenderse. Debido a que sus células no pudieron regenerarse, no se formó una nueva piel para reemplazarla. Nuevamente comenzó a tener dificultad para respirar. Ouchi dijo: “No puedo soportarlo más. No soy un conejillo de indias”. Tenía un dolor extremo a pesar de la medicación. En este momento, lo pusieron en un respirador y lo mantuvieron en coma inducido médicamente.
- Día 18: El recuento de glóbulos blancos de Ouchi volvió a la normalidad. Parecía que el trasplante había sido un éxito, pero una semana después las pruebas mostraron que la radiación también estaba atacando las células trasplantadas.
- Día 27: Los intestinos de Ouchi comenzaron a “derretirse”. Tres semanas después, comenzó a tener hemorragias. Comenzó a recibir transfusiones de sangre, a veces hasta 10 en un lapso de 12 horas. Comenzó a perder una cantidad significativa de líquidos (10 litros por día) a través de su piel, por lo que lo envolvieron completamente en una gasa. Estaba sangrando por los ojos. Su esposa dijo que parecía que estaba llorando sangre. Ouchi comenzó a recibir trasplantes diarios de piel con piel artificial, pero no se pegaron. Sus músculos comenzaron a caerse del hueso.
- Día 59: Su corazón se detuvo tres veces en solo 49 minutos, fue resucitado cada vez que tenía paros cardiacos. Esto dañó severamente su cerebro y riñones. En este punto, Ouchi estaba en soporte vital. Los médicos continuaron con las medidas para salvar vidas, pero Ouchi murió de falla multiorgánica el 21 de diciembre de 1999 después de 83 días en el hospital. Shinohara murió el 27 de abril de 2000 de un fallo multiorgánico. Yokokawa permaneció en el hospital durante seis meses, luego fue liberado para recuperarse en casa.
Consecuencias:
En reacción al accidente, que resultó ser completamente el resultado de un error humano, la central eléctrica de Tokaimura fue totalmente automatizada y equipada con equipos de monitoreo de neutrones. Tokaimura tenía un historial de tomar atajos y poner en riesgo a sus empleados para acelerar la producción.
Las muertes de Ouchi y Shinohara fueron la pena máxima por su descuido. Un año después del devastador accidente, 6 empleados fueron arrestados y acusados de negligencia. Uno de los 6 fue Yokokawa quien afirmó que “olvidó” o que no estaba al tanto de los peligros en la planta. Se declaró culpable.
Fuente: Intervission
No hay comentarios:
Publicar un comentario