Uno de los lastres mas grandes que llevamos en nuestras vidas es cargar con las interferencias arconticas. Los Arcontes pueden manipularnos y tomar nuestra energía prácticamente en cualquier momento y situación, porque en algún momento nosotros les dimos permiso para que lo pudieran hacer.
¿Te has preguntado alguna vez por qué hay tanta diferencia entre la experiencia de vida de una persona y otra? O tal vez hayas notado que hay muchas personas buenas y generosas que mueren «antes de tiempo», y los corruptos y delincuentes pasan la vida, como si nada.
Para comprender el sentido de la vida debemos preguntarnos, ¿tenemos realmente libre albedrío o alguien controla nuestra vida? Pues te cuento que pueden ser ambas.
Existen unos seres llamados Arcontes, que nos interceptan al momento de la muerte y nos hacen creer en el tema del Karma y la reencarnación para que volvamos a este plano con emociones de dolor y sufrimiento, lo cual les sirve a ellos de alimento.
De aquí nace entonces el contrato Arconte, el cual se firma antes de nacer para poder aprender las lecciones necesarias (sufrimiento) y “pagar” el Karma.
Esto se logra mostrando imágenes de la vida anterior, señalando el mal que hicimos a otros, haciéndonos sentir culpables, pero muchas veces ni siquiera son recuerdos reales, pues ellos manipulan la mente, para conseguir su objetivo.
Lamentablemente estos seres se muestran como “Seres de Luz” y por eso es fácil caer en su trampa. ¿Cuántas vidas necesitamos para dejar el Karma atrás? ¿No se supone que la mayor lección que puede recibir un ser humano es la del amor?
Pero existe una forma de anular este contrato Arconte, y de esta forma neutralizar los sucesos negativos que experimentamos. Aquí te dejo una lista de acciones que puedes aplicar para lograrlo.
Elimina la victimización:
Sentirse víctima es una poderosa energía para continuar siendo el blanco de desgracias y sufrimiento. ¿Cómo salir de esa lógica? Puedes repetir alguna de las siguientes afirmaciones:
Anulo todo sentimiento de culpa pasado, presente y futuro y dentro de todas las dimensiones existentes. Yo he sido creado por esta Fuente cósmica para crecer a través del conocimiento y el amor. Yo tengo el control absoluto de mi vida. Yo decido el rumbo de mi destino.
Expande tu luz interior:
Descubre tu poder interno, el ser divino, único, libre y sabio que hay dentro de ti. Para esto puedes meditar, dejar ataduras y apegos, vicios, malos hábitos y fortalecer tu autoestima.
Proclamar tu soberanía, puedes decretar lo siguiente:
Recobro toda mi energía que he invertido en estos acuerdos, yo desvío estos acuerdos al vacío galáctico, para su transmutación. Yo soy soberano sobre todo ser parásito y les notifico que les prohíbo que sigan afectando mi energía y si ustedes intentan violar mi energía soberana, los enviaré al núcleo galáctico para ser transmutados. Yo soy soberano y nadie está autorizado a tomar mi energía, a ningún ser permito infringir mi espacio soberano.
Si te fijas lo más importante es que te empoderes, que no tengas miedo, que te sientas protagonista de tu vida y no un mero espectador de tus problemas y calamidades. Partiendo de este punto, declara las siguientes afirmaciones:
Desde la autoridad eterna de mi soberano ser, declaro que todos los acuerdos o contratos nulos y sin efectoquedan. Revoco todos los acuerdos o contratos, así como todas las copias de quedan en efecto revocados y nulos, y de la misma forma todas las copias o duplicados que puedan tener las contrapartes. Todas las cláusulas de reintegro, duplicados, etc. Recobro toda mi energía que he invertido en estos acuerdos o contratos queda libre. Yo soy el dueño de mi energía, mi esencia, y mi alma, yo soy el dueño de mi corazón y nadie y nada puede venir a tratar de quitarme lo que es mío. Yo soy libre, yo soy soberano. Seres parasitarios, se le notifica que está prohibido que traten de chupar mi energía de nuevo o que traten de afectar mi energía. Si ustedes intentan violenta mi esfera de energía soberana, se les enviará al núcleo galáctico, a la fuente original en la cual serán trasmutados. Algunos de ustedes pueden tomar esta oportunidad para quedar libres del control arconte y la esclavitud jerárquica. Quedo 100% libre del control arconte y la esclavitud jerárquica. Yo soy soberano y nadie está autorizado a tomar mi energía. Yo soy soberano y no permito a nadie que se infiltre en mi espacio soberano. Rompo todos los lazos energéticos con todas las entidades. ¡Soy Libre!
Los arcontes sólo entregan lo que reciben:
El diseño de esta parte de la creación, sistema dodecaédrico Solar, se encuentra contenido en lo que las religiones y filosofías llaman el cubo de Saturno que podrán encontrar en casi todas las religiones conocidas, por ejemplo la mezquita Masjid al-Haram de La Meca. Saturno es uno de los dos planetas primarios del sistema Solar y junto con Júpiter son los encargados de mantener el equilibrio orbital de los demás astros que lo componen y guardar el orden dentro del caos mediante la observación consciente de la creación.
En Saturno se guarda el ADN (diseño) de este sistema solar, en un “cubo de diseño” formado por un OmC=18³ de 5832 clúster, que guardan la “información consciente” de todas las formas de vida del sistema solar y las de sus distintos grados jerárquicos. De ahí tomaron los jardineros el GÉNESIS64 que utilizaron para terraformar el planeta. Esta octava cúbica de 5832 clúster, fue diseñada en su momento por 72 patrones que se conocen como los “72 nombres de Dios”.
Esos 72 nombres o bendiciones que la cábala maneja a su beneficio y cuyo algoritmo se le entregó en el pacto, son los Arcontes (dirigentes) correspondientes a esta realidad. 72 patrones de diseño cuyos nombres son la llave que abre el algoritmo en este sistema o sector espacial de la creación.
Cada Arconte maneja legiones de otros arcontes menores que son los encargados del “destino” de la creación del sistema solar, pues son sus arquitectos y velan por su diseño equilibrando continuamente la ecuación de probabilidad del mismo y la de sus integrantes.
Cada pensamiento, palabra o acto por nosotros ejecutado es proyectado a la creación y tomado por alguno de estos Arcontes mayores o menores, procesado como energía/alimento nuestro, y devuelto multiplicado (valor agregado) como bendición a su origen proyector, ése es el motivo de la mal llamada ley kármica que es la ley del “equilibrio de diseño”, o causalidad, donde se cosecha lo que se siembra.
Esta ley kármica no es lo mismo que el karma védico premio/castigo. Tarde o temprano, en ésta u otra existencia, recibiremos lo mismo que proyectamos, pero multiplicado por 7 (octava de creación).
Estos Arcontes no son buenos ni malos, pues están fuera de la dualidad de los opuestos y sólo entregan lo que reciben, así que nosotros somos los únicos responsables de nuestros pesares o de nuestras alegrías según nuestros pensamientos, palabras y obras se elevan a la creación.
Los Arcontes estuvieron antes del diseño y antes de la creación, pues su octava es una de las proyecciones del “pensamiento de la fuente”, una octava paralela o en tándem de la octava de creación del DO. Ponerles una etiqueta a estos Arcontes es limitar nuestra propia consciencia al universo de los opuestos y caer en el engaño de la ilusión y la fascinación de nuestro ego.
Elegir un arquetipo es hacer que los Arcontes actúen según nuestra ecuación de elección dentro de la ecuación de probabilidad del sistema, y se transformen en lo que creemos que son, devolviendo las mismas emociones, pensamientos, ideas o acciones que generamos.
¿Quiere creer que los arcontes lo someten? Pues será sometido. ¿Quiere creer que los arcontes lo tienen prisionero en esta tierra? Pues será prisionero. ¿Quiere creer que los arcontes le borran la memoria cuando se conecta a esta realidad? Pues le borrarán la memoria. ¿Quiere creer que los arcontes se alimentan de usted? Pues será alimento. ¿Quiere creer que los arcontes son oscuras sombras y demonios? Pues lo serán hasta atormentarlo.
No obstante, también pueden ser todo lo contrario a lo expuesto, pueden resultar ángeles cumpliendo las necesidades del Ser, pero ojo, también los deseos del ego que lo llevarán indefectiblemente a la prisión de la mente en el laberinto que lo encierra. Uno vive en el universo que quiere vivir y existe en el que puede soportar, porque el universo se adapta a su consciencia y nunca al revés.
Fuente: Mirada Maga
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